Abengoa ha decidido mantener, un año más y pese a su gravísima crisis financiera, el contrato a la esposa del expresidente ejecutivo y hoy presidente de honor, Felipe Benjumea. Esta renovación se ha producido este mes de febrero y, merced a ella, Blanca de Porres Guardiola ingresará 85.000 euros brutos como autónoma hasta final de este año. Las labores que realiza son las mismas de años anteriores: asesoría en restauración, es decir, en los menús que sirve el comedor de la sede central de Abengoa en Palmas Altas donde los trabajadores están obligados a almorzar diariamente.
Además, según las fuentes internas consultadas, De Porres ha sido incluida en el listado de los proveedores críticos, es decir, aquellos a quienes se les siguen pagando las facturas en la actual situación de preconcurso. La inmensa mayoría de los 18.000 suministradores de la empresa, de los que unos 1.200 son andaluces, sufren sin embargo retrasos e impagos. Más de 500 millones de los 5.500 millones que se debe a los proveedores están ya vencidos a enero.
La esposa de Benjumea facturará así en once meses (febrero a diciembre) lo mismo que el año pasado en un ejercicio completo. Además, en 2015 De Porres logró que se aumentara la cantidad que venía percibiendo en años anteriores -70.000 euros brutos al año divididos en doce facturas- hasta los citados 85.000 euros. Junto a ello, pasó de facturar a la sociedad Campus Palmas Altas (filial de Abengoa) a hacerlo a Simosa IT (la empresa del grupo encargada de proporcionar servicios tecnológicos internos). El nuevo contrato es también con Simosa.
El propio Felipe Benjumea cuenta, desde que dejó de ser presidente ejecutivo en septiembre pasado tras 25 años, con un contrato como asesor externo por importe de 1,1 millones al año hasta final de 2016. El actual presidente ejecutivo, José Domínguez Abascal, señaló hace unas semanas que la empresa no se planteaba rescindirlo.
Medidas
Precisamente ayer se conoció que la juez Carmen Lamela de la Audiencia Nacional ha decidido, tal y como pidió la Fiscalía, retirarle el pasaporte a Benjumea y obligarle a comparecer cada quince días en el juzgado. Acusado de administración desleal a raíz de la querella de dos bonistas de la compañía, Benjumea declaró el martes ante Lamela junto con el exconsejero delegado de la empresa Manuel Sánchez Ortega, a quien se le investiga además por el uso de información privilegiada tras su fichaje por Blackrock.
Sobre el cobro de indemnizaciones millonarias de 11,5 millones y 4,5 millones de euros a Benjumea y Sánchez Ortega, respectivamente, la juez advierte -refiriéndose exclusivamente a la de Benjumea- de que existen indicios de su posible participación en el cobro de unas cantidades “que no se corresponden con las pactadas con la compañía, ni son acordes con el estado económico y financiero de la misma” en el momento del cese. Sánchez Ortega dejó la empresa en mayo y Benjumea, en septiembre.
Una versión que cuestiona la del expresidente de Abengoa, que alegó ante la magistrada que la indemnización es una práctica normal “para asegurar la permanencia en el cargo”. Y aseguró que su salida fue consecuencia de una exigencia verbal impuesta por las entidades financieras, especialmente por Banco Santander, de la que no existe constancia por escrito.
Un 90% menos de contratos
El plan de viabilidad industrial que Abengoa presentó hace dos semanas a sus acreedores, y que se ha enviado a la Bolsa española, incluye un desplome de la nueva contratación que la empresa prevé firmar en este año 2016. En los últimos cinco ejercicios, la firma ha venido logrando volumen de trabajo por alrededor de 4.700 millones de euros anuales.
Para este ejercicio, sin embargo, la estimación es de sólo 500 millones (un 90% menos que ese promedio). Abengoa divide las obras nuevas que se adjudica entre proyectos llave en mano (sólo la construcción) y proyectos concesionales (construcción más operación y mantenimiento). Esos 500 millones se refieren sólo a encargos concesionales, ya que en los llave en mano lo único que recoge la firma es que se producirá una “drástica caída” respecto a otros años.
Para 2017, el documento estima que se podrá alcanzar una cifra de contratación de 3.500 millones; que subiría a 3.800 millones en 2018; y alcanzaría los 4.600 millones en 2020. A cierre de 2015 -aunque la empresa no ha presentado aún sus cuentas-, la estimación de la empresa es que cuenta con una cartera de proyectos por ejecutar de 8.600 millones. Es decir, la misma que a cierre de septiembre, lo que hace evidente la parálisis de la empresa en los tres últimos meses del año.
La propia Abengoa reconoce en el documento, elaborado por la consultora externa Álvarez&Marsal, que las dificultades financieras que atraviesa por el preconcurso dificultan la venta de activos. Para seguir operando, si se evita el concurso, Abengoa necesita hasta 2.000 millones entre este año y el próximo. Además, prevé reducir costes de 450 a 246 millones en 2018.