Francisco Vázquez Perea dejó ayer su cargo de delegado de la Madrugá vacante en la calle San Gregorio. Este hecho sucedió tras la negativa de la hermandad de los Gitanos ha aceptar el plan apalabrado y aceptado por las restantes cofradías de la jornada, donde en un trienio de años se irían modificando los itinerarios de cada hermandad para intentar llegar así a un consenso y solventar los diferentes problemas que la jornada viene atravesando desde hace algunos años.
En lo referente a su dimisión, según declaraciones de Vázquez Perea en El Programa de Ondaluz Sevilla, se marcha "por un puro motivo práctico. Hemos llegado a término de un proyecto trabajado y por muy poco no se ha podido aprobar. Aquí no hay variantes que tomar sin romper su fundamento que es la participación de todos". Para el ex delegado de la Madrugá, ha faltado muy poco para un acuerdo entre todas las hermandades de la Madrugá. "Durante estos meses ha habido mucha voluntad y sacrificio, pero al final no ha podido ser. Visto lo visto, ¿por qué no se iba a poder conseguir un acuerdo?". Acerca de si pudiera o no darse una imposición entre el Consejo y el Vicario General para imponer una solución práctica, señala que "queda poco tiempo para Semana Santa... No será cuál será la solución".
Una de las medidas que dejó ya pactadas y cerradas, era la ampliación en "50 minutos de la jornada, 20 por delante y 30 minutos por detrás". Lo que haría que la hermandad de los Gitanos llegase prácticamente a la luz del día a la plaza de la Campana.
Cuestionado por la autonomía que tiene el Consejo de cofradía sobre estos asuntos y en especial, la figura del delegado de día, ha sido tajante. "Se puede casi poner delante de un paso y que el capataz tenga la obligación de obedecerle a el. ¿Pero eso quién lo ha visto? Yo el año pasado me salí del palquillo para ver por dónde venían dos pasos de palio".
A la espera de que sea nombrado el sustituto de Vázquez Perea, con el actual secretario del Consejo Carlos López Bravo como principal alternativa, la situación a menos de dos meses vista para la Madrugá se antoja complicada y con pocas perspectivas de cambio, a no ser que desde Palacio llegue alguna orden para conseguir un acuerdo tácito.
