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Al estilo de Guardiola

Tras la derrota electoral del bipartito gallego, que pivotó sobre el BNG, y la victoria insuficiente del PNV en Euskadi, que está dando pie al PSOE para hacerse con el Gobierno vasco...

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Tras la derrota electoral del bipartito gallego, que pivotó sobre el BNG, y la victoria insuficiente del PNV en Euskadi, que está dando pie al PSOE para hacerse con el Gobierno vasco, algunos lanzaron las campanas al vuelo contra los nacionalistas periféricos, partiendo de la base de que incluso en Cataluña están en la Oposición. Puede que se hayan precipitado, al menos de ser válido el barómetro electoral que publicó El Periódico de Catalunya. En realidad, los nacionalistas de Cataluña, Euskadi y Galicia, del mismo modo que le pasa al PSOE y al PP, forman parte de un sistema de partidos muy asentado.

En la encuesta de la empresa Gesop, los tres partidos de la izquierda catalana no suman los escaños necesarios para reeditar su actual mayoría parlamentaria, de modo que CiU no sólo volverá a ser el partido más votado, sino el que tiene más posibilidades de formar gobierno. La clave está en la caída de ERC, ya que tanto PSC como Iniciativa se mantienen, con margen incluso para subir en el caso de los socialistas del presidente Montilla. Como la tarta a repartir suele ser la misma, el éxito de CiU se produce a costa de ERC, a la que ahora Convergencia le disputa el terreno del soberanismo.

La encuesta tiene la importancia que tiene y en absoluto significa que vaya a clavar los resultados que se den en las elecciones catalanas. Marca una tendencia, cuya repercusión puede ser ahora mismo mayor en Madrid que en Barcelona, ya que CiU podría reforzar aún más su idea de que con una firme oposición al Gobierno de Zapatero sube como la espuma en Cataluña. Una mala noticia, sin duda, para el PSOE, cuya soledad parlamentaria es cada vez más inquietante, a pesar del gesto de consuelo que le ofrece ERC al brindarle acuerdos puntuales si ZP cumple con Cataluña en materia de financiación. El que parece tenerlo claro es el nacionalista Artur Mas, que mientras sueña con el Palau de la Generalitat invita a los suyos a trabajar con modestia, sin euforia, al estilo de Guardiola. Se nota que se ve campeón, y no sólo de Liga.

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