Testimonio de uno de los afectados por el fraude inmobiliario
El protagonista de este relato es uno de los afectados por el fraude que, aunque prefiere mantenerse en el anominato, no duda en contar su experiencia. Fue en otoño de 2008 cuando se interesó por uno de los pisos que ofertaba la empresa de los dos detenidos, uno de la calle Barrié. A él y a su hermana les pareció barato que pidieran 14 millones de las antiguas pesetas por una vivienda de 150 metros, pero el interés (“era más la curiosidad”, afirma), no cuajó. El 23 de diciembre los detenidos le llamaron para ofrecerle dos viviendas, una de las cuales decidió adquirir junto a su pareja. Dieron una señal de 8.800 euros, el 10% del valor del piso. “Una ganga”, explica. El día 26 firmaron el contrato, tras haberse interesado en el Registro por el inmueble. Al buscar financiación para la hipoteca supieron que los bancos buscaban a Ana S.G. y ya comenzó a dudar de la operación hasta que la semana pasada le dijeron que renunciaban a la venta. “Pensé que jugarían con nuestro dinero y que luego nos devolverían la señal. No esperaba la dimensión del caso. El dinero lo doy por perdido”, reconoce con resignación.