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Solemnidad en el Vía Crucis del Miércoles de Ceniza

La Santa Iglesia Catedral se llenó en la tarde de ayer de fieles que acompañaron a la imagen del Cristo de la Expiración, que presidió la Misa de Impo

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  • En la Catedral. -
Desde hoy, quedan 38 días para la Semana Santa y Jaén se prepara para vivir con intensidad la Cuaresma preparatoria para la Semana Mayor de la capital.

La ciudad se echó ayer a la calle para celebrar el Miércoles de Ceniza acompañando a la venerada imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, que desde su salida de la parroquia de San Bartolomé y hasta su vuelta después del Vía Crucis, estuvo acompañado por numerosos cofrades y cristianos de la capital.
Con una salida puntual y sin incidencias, los cofrades de la Real Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de laExpiración y María Santísima de las Siete Palabras revivieron por tercer año la salida de la Imagen titular en solemne Vía Crucis. El Cristo de la Expiración fue la primera imagen de Pasión que salió en el Vía Crucis del Miércoles de Ceniza allá por los años cincuenta, y con la estación de ayer, la cofradía es la tercera vez que revive la experiencia.
En la comitiva se encontraba el hermano mayor de la Cofradía, Juan Manuel Galisteo, que aseguró a VIVA JAÉN que se sentía “orgulloso” de que la Imagen prisidiera el Vía Crucis. “Es un orgullo por lo que simboliza la celebración del Miércoles de Ceniza”, dijo.

Acompaña por la música de capilla del Trío Santo Reino, el crucificado fue portado en el Vía Crucis por 18 hombres, que con paso uniforme y sobrio, recorrieron el itinerario bajo las órdenes de los fabricanos José Calabrús y Antonio Vera. A los pies de la Imagen, el Cristo llevaba lirios morados como exorno floral.

La Hermandad cumplió el horario y en su entrada a la Santa Iglesia Catedral los anderos dejaron la imagen en el Altar, para presidir la Solemne Eucaristía e Imposición de la Ceniza, que fue presidida por el obispo de la Diócesis de Jaén, Ramón del Hoyo López.

Como cada año, los jienenses se echaron a la calle y llenaron el templo catedralicio. Niños, jóvenes, adultos y mayores acompañaron a la Hermandad y manifestaron su fe.

Y es que ayer fue la noche en la que “por toda la tierra, los que confiesan su fe en Cristo son arrancados de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado, son restituidos a la gracia y son agregados a los santos”, como apunta el Obispo de la Diócesis en su Carta Pastoral dirigida a las cofradías y hermandades de Pasión.

Al finalizar la Misa se inició el Vía Crucis, presidido por la Junta de Gobierno de la Agrupación de Cofradías, organizadora de la celebración, y de los hermanos mayores de las hermandades y cofradías de Pasión de la capital jienense.

La plaza de Santa María volvió a ser testigo del caminar sobre los hombros de los anderos del Santísimo Cristo de la Expiración, iniciándose así oficialmente el Vía Crucis del Miércoles de Ceniza.

Las catorce estaciones del Vía Crucis fueron representadas por las cofradías de la Santa Cena (última cena de Jesús con sus discípulos); El Perdón (el beso de Judas); La Borriquilla (negación de Pedro); La Estrella (Jesús sentenciado a muerte); La Vera-Cruz (Jesús carga con su cruz); La Clemencia (Jesús cae bajo el peso de la cruz); El Resucitado (el Cirineo ayuda a llevar la Cruz); Nuestro Padre Jesús Nazareno (la Verónica enjuga el rostro de Jesús); La Amargura (Jesús es despojado de sus vestiduras); Los Estudiantes (Jesús es clavado en la Cruz); El Silencio (Jesús muere en la Cruz); La Buena Muerte (El descendimiento); La Soledad (Jesús en brazos de su Madre) y El Santo Sepulcro (Jesús es colocado en el sepulcro), en la parroquia de San Bartolomé.

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