Cuando un equipo empata en el último suspiro del partido después de haber sido dominador absoluto del mismo es lógico que surjan comentarios para todos los gustos. Hay quien piensa que el Xerez se confió excesivamente y otros opinan que al equipo le faltaron fuerzas.
En nuestra opinión la razón del empate estuvo en la mala suerte. Porque, tras superar un marcador en contra, el cuadro azulino se hizo dueño de la situación y cuando consiguió su tercer gol en el comienzo de la segunda parte el Celta de Vigo desapareció del mapa sin saber lo que hacer. Ofreció una sensación de impotencia, sin otros argumentos que balones a la olla en busca de un rebote afortunado.
Las circunstancias del fútbol, a veces tan caprichosas, hicieron que en dos ocasiones, la segunda en el tiempo de descuento, los gallegos consiguieron un premio para el que no habían hecho méritos. Pero como alguien dijo, esto es fútbol y no una ciencia exacta. No obstante sacamos buenas consecuencias del encuentro. El equipo de Juan Merino tenía que ratificar sus buenos augurios y, especialmente en la primera parte, jugó con mucha entrega, mucho criterio y solo esa mala suerte, a la que antes hemos aludido, le privó de conseguir un marcador amplio. El Xerez ha aprobado el examen con nota alta. Ha demostrado que tiene capacidad suficiente para luchar por meterse en los puestos de privilegio de la clasificación. Siempre no va a tener tan mala suerte.
Como sabrán, el próximo fin de semana le corresponde al cuadro azulino ir a jugar a Elche. Se trata de otra prueba de fuego ante un rival muy importante. En contra de lo que suele suceder el Elche no ha caído en el síndrome del no ascenso la temporada pasada, sino que lleva una temporada bastante regular y en la pasada jornada empató en el siempre difícil campo de Las Palmas. Esta semana el conjunto ilicitano sigue estando por detrás del Xerez en la tabla clasificatoria, aunque todo está muy constreñido. Posee una buena plantilla, con algunos retoques importantes y un entrenador que ya suma meses en el banquillo como es Bordalás . Hasta hora las cosas le están saliendo más o menos y ello le permite jugar con cierta confianza y el respaldo de su púbico.
Va a ser un rival muy incómodo, como siempre ha sido el cuadro alicantino. Pero de lo que se trata es de que el Xerez mantenga su buen tono, lo que significaría cubrir otra jornada puntuando.
Sin querer pecar de exagerados, nos atrevemos a decir que tenemos la sensación de que el Xerez no va a perder en Elche. El partido se presume muy igualado y quizá un lance de fortuna decida el marcador.