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Jerez

“No somos los culpables de las deficiencias del sistema sanitario”

Los profesionales del SAS vuelven a concentrarse en Jerez tras la última agresión a un enfermero del centro de salud de La Milagrosa

Concentración ante el centro de salud de Las Delicias.

Concentración ante el centro de salud de Las Delicias.

Concentración ante el centro de salud de Las Delicias.

Los profesionales de la sanidad han vuelto a concentrarse en Jerez como señal de repulsa tras la reciente agresión a un enfermero en el centro de salud de La Milagrosa. En este caso lo han hecho convocados por Satse, CSIF, CCOO y UGT y uniéndose además a otras iniciativas de características similares llevadas a cabo en el conjunto de Andalucía.

Además de condenar este tipo de agresiones, tanto en Jerez como en el resto de la Comunidad autónoma los sanitarios han dejado claro que los trabajadores no son los responsables del “deterioro de la sanidad pública”, sino la “deficiente gestión política” que a su juicio se hace de la misma.

Para los sindicatos, las agresiones “son injustificables y, a menudo, constituyen un delito”. Sin embargo, “la falta de personal, las dificultades para obtener citas, las largas listas de espera y las demoras en la atención están creando un ambiente” que convierte a los profesionales “en víctimas de la ira de los usuarios”.


Satse, CSIF, CCOO y UGT responsabilizan por tanto a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía  de “la crisis de la sanidad pública, debido a su abandono, deterioro e inacción para ejecutar las medidas necesarias, empezando por el cumplimiento de los acuerdos como el de Atención Primaria que beneficiarían a los ciudadanos”.

Los sindicatos entienden la “frustración” de la población por los “problemas de recursos” en la sanidad pública, pero insisten en que “esto nunca justifica las agresiones hacia los profesionales, quienes no son responsables de la situación y están haciendo todo lo posible para mantener la calidad de la atención”.

En cualquier caso, demandan a Salud que continúe implantando medidas de seguridad, preventivas y disuasorias necesarias para evitar en todo lo posible las agresiones a los profesionales y que, en caso de consumarse, asegurar que el profesional agredido es atendido y apoyado en todo momento.

Por último, concluyen insistiendo que es fundamental también dotar a los centros sanitarios de los recursos humanos y materiales necesarios para atender a los ciudadanos como se merecen ya que, aunque la violencia es inexcusable, se evitarían así situaciones de tensión con los profesionales que atiende en primera línea.

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