El segundo tiempo fue un despropósito
El Xerez se complica seriamente sus opciones de jugar la promoción después de ver cómo le remontaban el marcador en un segundo tiempo para olvidar
Ocho goles en dos partidos ha sumado el Girona, que ayer levantó un encuentro que se le puso cuesta arriba en el minuto 3, cuando Pablo redondo aprovechó un remate de José Mari al poste, para marcar a puerta vacía. Los de Raúl Agné se han metido en la lucha por la promoción e igualan a puntos a un Xerez que se han dejado parte de sus opciones en un choque en el que lo tuvo todo de cara para ganar, hasta en dos ocasiones se adelantó en el marcador, pero que acabó perdiendo en un segundo tiempo realmente malo y en el que Javi López tampoco estuvo muy acertado en los cambios, siendo sorprendente cuanto menos que el hombre que le dio el triunfo en Ponferrada, como Antoñito, se quedase sin saltar al campo cuando el equipo se estaba jugando media promoción de ascenso.
Cierto es que hubo detalles que pudieron marcar el encuentro, como un fuera de juego inexistente que se le pitó a José Mari con el 1-2 en el marcador y que pudo significar el 1-3; como ese balón perdido por Santamaría, todavía con el 1-2 en el electrónico de Montivili, y al que Bermejo no le supo sacar partido, como Pablo Redondo no supo terminar una jugada por banda derecha ya que su remate fue inocente. inocente. Incluso se pudo ver penalti en una acción sobre Capdevila ya con el 3-2 en el marcador y, para más, el cuarto tanto obra de Despotovic no debió haber subido al marcador ya que el serbio se encontraba en una clamoroso fuera de juego.
Todo lo expuesto es tan cierto como que el Xerez fue víctima de sus propios errores para cavar su fosa en el choque ante los gerundenses. Mal, muy mal en el balance defensivo, sobre todo en la segunda parte; mal, rematadamente mal al no crear peligro cierto sobre los aledaños de Santamaría y no matar el partido y mal, tremendamente mal Javi López a la hora de buscar la manera de no propiciar las contras de los locales, el juego en el que más a gusto se encuentran y no saber dar con la tecla de los cambios, ya que Héctor Font salió excesivamente tarde, lo de cambiar a Óscar Díaz parece que es moneda corriente en cada partido y la no salida de Antoñito, cuando el equipo necesitaba algo distinto para al menos empatar, no se entiende.
Chema, por otra parte, salvó al Xerez de que el resultado no fuese más abultado y de que el partido se jugase de una manera distinta a lo previsto, ya que con el 0-1 sacó una mano a Despotovic monumental, aunque luego no pudo hacer nada ante un remate de Dorca en un craso error defensivo azulino, ya que nadie fue a la línea de rechace en un saque de esquina.
En el minuto 28 Pablo Redondo hizo el segundo de su cuenta particular y parecía que el choque estaba encarrilado, incluso Óscar Díaz probó fortuna pero Santamaría hizo la intervención de la noche. El Xerez había estado muy efectivo en el primer tiempo y debía haber salido de otra manera en el segundo periodo. Quien salió a por todas fue el Girona, encerró al Xerez en su propio campo, a los 12 minutos entre Mendoza y Chema abortaron una ocasión de peligro y Chema tuvo que salvar otra oportunidad ante los pies de Despotovic. Sólo existían los de Agné sobre el terreno de juego, aunque antes de todo eso Bermejo pudo haber apuntillado el choque en un pérdida de balón del meta local. De todas maneras, el juego local tenía que dar sus frutos y lo dio gracias a otro error lamentable del Xerez, en un córner que Despotovic cabeceó entre los dos centrales y en la misma línea de gol. Salió Héctor Font y parecía que el partido cambiaba, pero ya el Xerez estaba muy cansado y las contras de los locales eran auténticamente mortíferas. Para colmo, Chechu en el minuto 78 recogió un balón al borde del área, nadie le salió a su encuentro y su disparo se fue hacia dentro. Era el principio del fin. En el 88 Despotovic hizo el definitivo 4-2 y el partido murió, como parecen morir las opciones de promoción.
un Chema tremendamente acertado que demostró las razones por las que es titular indiscutible en su equipo.
Cierto es que hubo detalles que pudieron marcar el encuentro, como un fuera de juego inexistente que se le pitó a José Mari con el 1-2 en el marcador y que pudo significar el 1-3; como ese balón perdido por Santamaría, todavía con el 1-2 en el electrónico de Montivili, y al que Bermejo no le supo sacar partido, como Pablo Redondo no supo terminar una jugada por banda derecha ya que su remate fue inocente. inocente. Incluso se pudo ver penalti en una acción sobre Capdevila ya con el 3-2 en el marcador y, para más, el cuarto tanto obra de Despotovic no debió haber subido al marcador ya que el serbio se encontraba en una clamoroso fuera de juego.
Todo lo expuesto es tan cierto como que el Xerez fue víctima de sus propios errores para cavar su fosa en el choque ante los gerundenses. Mal, muy mal en el balance defensivo, sobre todo en la segunda parte; mal, rematadamente mal al no crear peligro cierto sobre los aledaños de Santamaría y no matar el partido y mal, tremendamente mal Javi López a la hora de buscar la manera de no propiciar las contras de los locales, el juego en el que más a gusto se encuentran y no saber dar con la tecla de los cambios, ya que Héctor Font salió excesivamente tarde, lo de cambiar a Óscar Díaz parece que es moneda corriente en cada partido y la no salida de Antoñito, cuando el equipo necesitaba algo distinto para al menos empatar, no se entiende.
Chema, por otra parte, salvó al Xerez de que el resultado no fuese más abultado y de que el partido se jugase de una manera distinta a lo previsto, ya que con el 0-1 sacó una mano a Despotovic monumental, aunque luego no pudo hacer nada ante un remate de Dorca en un craso error defensivo azulino, ya que nadie fue a la línea de rechace en un saque de esquina.
En el minuto 28 Pablo Redondo hizo el segundo de su cuenta particular y parecía que el choque estaba encarrilado, incluso Óscar Díaz probó fortuna pero Santamaría hizo la intervención de la noche. El Xerez había estado muy efectivo en el primer tiempo y debía haber salido de otra manera en el segundo periodo. Quien salió a por todas fue el Girona, encerró al Xerez en su propio campo, a los 12 minutos entre Mendoza y Chema abortaron una ocasión de peligro y Chema tuvo que salvar otra oportunidad ante los pies de Despotovic. Sólo existían los de Agné sobre el terreno de juego, aunque antes de todo eso Bermejo pudo haber apuntillado el choque en un pérdida de balón del meta local. De todas maneras, el juego local tenía que dar sus frutos y lo dio gracias a otro error lamentable del Xerez, en un córner que Despotovic cabeceó entre los dos centrales y en la misma línea de gol. Salió Héctor Font y parecía que el partido cambiaba, pero ya el Xerez estaba muy cansado y las contras de los locales eran auténticamente mortíferas. Para colmo, Chechu en el minuto 78 recogió un balón al borde del área, nadie le salió a su encuentro y su disparo se fue hacia dentro. Era el principio del fin. En el 88 Despotovic hizo el definitivo 4-2 y el partido murió, como parecen morir las opciones de promoción.
un Chema tremendamente acertado que demostró las razones por las que es titular indiscutible en su equipo.
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