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Marihuana en el corazón

Los investigadores han encontrado que los fumadores habituales de marihuana eran más propensos a sufrir un ataque cardíaco antes de los 50 años

Publicado: 01/09/2024 ·
11:14
· Actualizado: 03/09/2024 · 11:09
  • Plantación de marihuana. -
Autor

José Manuel Revuelta Soba

Catedrático de Cirugía y Profesor Emérito de la Universidad de Cantabria. Ex-Jefe de Cirugía Cardiovacular del Hospital Valdecilla de Santander

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Descubriendo el interior del corazón humano, órgano maravilloso, fuente de vida e investigación de calidad

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Desde hace décadas, se viene considerando la marihuana como la droga de inicio al tenebroso mundo de la drogadicción, al haberse comprobado que su uso habitual predispone a la población juvenil al consumo de drogas duras. Su legalización no parece haber logrado los resultados esperados de reducir su consumo; por el contrario, la venta está aumentando de forma alarmante.

Cuando Uruguay decidió legalizar el cultivo y la venta de marihuana en 2013, algo más tarde, algunos países de la Unión Europea, América y Asia han ido despenalizándola para uso recreativo y/o médico. En 2019, Tailandia se convirtió el primer país asiático en eliminar los extractos de cannabis de su lista de sustancias estupefacientes prohibidas.

No existe una vía legal para acceder al cannabis en España, siendo prohibido su cultivo y venta por la Ley de Seguridad Ciudadana. A pesar de esta prohibición general, algunas comunidades autónomas han establecido normativas específicas que permiten el cultivo de marihuana para uso terapéutico. Estas regulaciones están restringidas para ciertas indicaciones médicas y requieren de una autorización oficial.

Si bien se conocen sus efectos como droga psicoactiva de nivel tolerable, la información científica de sus posibles acciones sobre el sistema cardiovascular es escasa. Este artículo de divulgación pretende advertir sobre los efectos perjudiciales de esta popular “droga blanda” sobre el corazón humano, en base a las investigaciones científicas procedentes de acreditados expertos internacionales y asociaciones médicas, publicadas en la prestigiosa revista Circulation con el título “Medical marijuana, recreational cannabis, and cardiovascular health: As cientific statement from the American Heart Association”.

https://doi.org/10.1161/CIR.0000000000000883

Hojas de la marihuana

Desde hace más de 2000 años, se vienen utilizando las hojas de la marihuana -planta del género cannabis- por provocar estados transitorios de bienestar y euforia, aparte de tener ciertas propiedades medicinales. Los efectos fisiológicos del cannabis derivan de su alto contenido en substancias cannabinoides. Las cepas de cannabis más utilizadas con fines recreativos y terapéuticos son cannabis sativa, cannabis indica y cannabis ruderalis.

Se han descubierto más de un centenar de cannabinoides de la marihuana, siendo los más abundantes el Δ-9-tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD), y otros menores como el cannabigerol, cannabicromeno, cannabinol y tetrahidrocannabivarina. En comparación con los derivados de cannabis del mercado negro, los nuevos productos comerciales legalizados para uso medicinal tienen un contenido medio deTHC más alto (3,8 por ciento frente a 12,2 por ciento).

El cannabinoide THC se une a múltiples receptores específicos que se encuentran en los órganos y tejidos humanos, denominados receptores cannabinoides 1 y 2 (CB1 y CB2). Estos receptores CB1 se encuentran en el cerebro, corazón, hígado, sistema gastrointestinal y en el recubrimiento interior de los vasos sanguíneos -endotelio-. Los receptores CB2 se expresan principalmente en el sistema inmunológico de defensa y regulan el funcionamiento de las citoquinas (IL-1, IL-8, TNF-α) involucradas en la respuesta inflamatoria en todo el cuerpo.

Algo más que unas hojas vegetales

La marihuana que se cultiva de forma natural raramente llega al consumidor, el producto final a la venta suele pasar por varios intermediarios y traficantes que pueden adulterarla con otras sustancias psicotrópicas, tratando de inducir la dependencia entre los consumidores. La marihuana procedente del mercado negro suele contener hasta 500 compuestos diferentes, incluidos 70 cannabinoides naturales que le proporcionan su conocido efecto psicoactivo. Cuando se fuma o mastica marihuana, no solo llegan al organismo estos cannabinoides, sino también otras sustancias dañinas.

Durante el cultivo de la planta, los agricultores suelen rociarla con productos químicos fertilizantes para acelerar su crecimiento, compuestos como las N-nitrosaminas, sulfato de cobre, azufre y mercuriales, incluso arsénico (2 mg de arsénico por cada 100 gramos de la planta). Durante la combustión de la marihuana, se inhalan otros productos químicos como el acetaldehído, amoníaco, benceno, monóxido de carbono, cianuro de hidrógeno e hidrocarburos policíclicos. Estas toxinas naturales y artificiales vienen acompañadas por una amplia variedad de microorganismos perjudiciales que crecen en las hojas, así como esporas de varios hongos, como el aspergillus fumigatus.

Efectos generales de la marihuana

Existe la percepción general que la marihuana es inofensiva y beneficiosa para la salud, ya que los médicos la prescriben a sus pacientes. Debe tenerse en cuenta que el cannabis para uso médico se utiliza en determinados pacientes con enfermedades crónicas en fase terminal, en pacientes tratados con quimioterapia para el cáncer y en ciertos casos para controlar el dolor crónico, estimular el apetito o suprimir algunos síntomas (náuseas y vómitos) ocasionados por algunos medicamentos imprescindibles para el tratamiento de la enfermedad y/o mantener la vida.

Como droga psicoactiva, el consumidor siente una sensación efímera de euforia y alegría, que le lleva a encontrar diversión en aspectos triviales, riéndose de manera irregular y descontrolada. Puede ocasionar alteraciones en la percepción del tiempo y los colores, ansiedad, deterioro de la coordinación motora, el razonamiento, la memoria o la capacidad en la toma de decisiones, e incluso a dosis elevadas puede provocar crisis psicóticas graves.

Una descripción completa de los efectos de esta droga sobre el sistema nervioso central, el hígado, la piel, el tejido adiposo, el tracto gastrointestinal y los sistemas músculo-esquelético, inmunológico y vascular periférico se escapa del objetivo y la extensión de este artículo, dedicado al impacto perjudicial de la marihuana sobre el corazón humano.

Efectos cardiovasculares

El consumo de cannabis posee ciertos beneficios terapéuticos, ninguno para el sistema cardiovascular humano. La Declaración Científica de la American Heart Association 2020, antes mencionada, pone de relieve que existen unos claros riesgos cardiovasculares por el consumo de cannabis que deben ser considerados y evaluados cuidadosamente por los profesionales de la salud y el público en general, ya que afectan al músculo cardíaco -miocardiopatía-, inducir angina de pecho, trastornos del ritmo cardíaco -arritmias-, ataques cardíacos-infarto de miocardio- y otras afecciones cardiovasculares.

Estos efectos nocivos se deben especialmente al cannabinoide Δ-9-tetrahidrocannabinol (THC) que incrementa la frecuencia cardíaca -taquicardia-, la demanda miocárdica de oxígeno -angina de pecho-, la presión arterial -hipertensión-, además de provocar vasoespasmo coronario, inflamación y degeneración de las arterias -arteritis- y adhesión de las plaquetas -riesgo de trombosis y embolias-. Otro de sus compuestos principales, el cannabidiol (CBD), suele disminuir la frecuencia cardíaca -bradicardia- y la presión arterial -hipotensión-.

Los investigadores encontraron que los fumadores habituales de marihuana eran más propensos a sufrir un ataque cardiaco antes de los 50 años -infarto de miocardio prematuro-, en comparación con los no consumidores, incrementando el riesgo a la insuficiencia cardiaca y arritmias graves. En un estudio clínico reciente se demostró que el consumo diario de marihuana aumentaba el riesgo de sufrir un infarto de miocardio en un 30 por ciento. El consumo crónico de cannabis (THC) se ha asociado con un aumento de la angina de pecho por varias causas: disminución de la transducción de señales del sistema nervioso,vasoconstricción e hipertensión arterial, entre otras.

Se ha demostrado que fumar e inhalar cannabis, independientemente de su contenido de THC y CBD, incrementa hasta cinco veces la concentración en la sangre de carboxihemoglobina -monóxido de carbono-, según el modo de administración, profundidad y duración de las inspiraciones. Los consumidores diarios presentan un mayor riesgo de accidente cerebrovascular -ictus cerebral- en comparación con los no consumidores. Según otro estudio científico reciente, el riesgo de ictus cerebral aumentó un 42 por ciento y de infarto de miocardio un 25 por ciento en las personas que la consumían a diario (fumar, vapear o masticar). Otras investigaciones recientes han asociado el consumo de marihuana con la insuficiencia cardíaca, edema pulmonar, shock cardiogénico, e incluso con la muerte súbita. Existe la sospecha, no demostrada, que el consumo habitual de marihuana podría favorecer la progresión de la arteriosclerosis.

Molécula antagonista en las habas

Los investigadores involucrados en desarrollar moléculas antagonistas que bloqueen la hiperactividad de los receptores cannabinoidesCB1 han descubierto que la genisteína, una molécula natural presente en las habas y la soja, se une íntimamente a estos receptores cannabinoides y controlan su acción. Cuando administraron genisteína en las células endoteliales de las arterias impregnadas con marihuana -cannabinoide THC-, comprobaron que bloqueaba los efectos nocivos de la droga, sin afectar sus acciones beneficiosas, como la sensación de bienestar y alegría, estimular el apetito, controlar el dolor y otros síntomas, motivos de su indicación terapéutica. Esta sorprendente acción antagonista de la genisteína sobre los efectos perjudiciales de la droga ha sido ampliamente comprobada en animales de experimentación.

https://doi.org/10.1016/j.cell.2022.04.005

Según el científico Mark Chandy de la Universidad de Stanford (California): “La marihuana tiene un efecto significativamente adverso en el sistema cardiovascular. A medida que más países legalicen su uso, veremos un aumento de los ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en los próximos años. Nuestros estudios demuestran claramente cómo la exposición al cannabinoide THC inicia una cascada molecular dañina en los vasos sanguíneos. La marihuana no es una droga benigna”.

“La marihuana causa amnesia y … otras cosas que no recuerdo”

Frase apócrifa de Woody Allen. Director de cine estadounidense

José Manuel Revuelta Soba

Catedrático de Cirugía. Profesor Emérito de la Universidad de Cantabria

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