El Señor de Pasión de Sevilla ha tenido a lo largo de su historia una serie de pasos procesionales que han destacado por ser todos ellos de
una enorme factura. Solo uno de ellos ha sido el que sufrió un desenlace de lo más trágico, que fue el paso
diseñado por Pedro Domínguez y ejecutado por Manuel Gutiérrez-Reyes Cano. Mucho se ha escrito sobre él, siendo
uno de los pasos procesionales más destacados de la época.
Este fue un paso procesional
aprobado en cabildo en el 8 de abril de 1900, siendo interés de la hermandad que estas andas procesionales se hicieran en algunas de las casas más destacadas de la época, como recoge el artículo de investigación realizado por José Roda Peña en el libro «Pasión. Historia y patrimonio artístico». El precio de este paso procesional, solo en cuanto a carpintería y talla se refiere,
oscilaba entre las 12.000 y 14.000 pesetas, siendo el coste global del paso en torno a las 25.000 pesetas. El elevado costo de este paso procesional hizo que
se desestimara la posibilidad de realizarlo.
Esto fue así hasta que tres años más tarde, debido
al mal estado en el que se encontraba el paso de Juan Rossy, sobre el que procesionaba el Señor de Pasión hasta la fecha, hiciera que se volviese a activar la posibilidad de realizar uno nuevo. En junio de 1903 se aprueba un nuevo plan económico para poder sufragar estos gastos. El 12 de julio se presentó un concurso para todos aquellos artesanos que quisieran tomar parte en el paso procesional, adjudicándose finalmente "la parte de obra referente a
carpintería y herrage al Sr. D. Manuel Oñoro en el precio de 4.999 pesetas, la respectiva a
talla y escultura al Sr. D. Manuel Gutiérrez Cano (sic) en la cantidad de 10.200 y dejar lo que hacía relación al dorado hasta tanto se efectuasen las dos anteriores”, tal y como se recoge en el artículo previamente citado.
El paso fue
finalmente realizado por Manuel Gutiérrez Reyes, con el que se firmo la talla y carpintería de la ornamentación artística de las andas procesionales. Los plazos estipulados por el tallista, que
se preveían para junio de 1904, no terminaron hasta 1908, retrasándose hasta cuatro años el estreno del paso para el Cristo de Pasión en la tarde del Jueves Santo.
En agosto de 1940,
un incendio arrasa con el almacén en el que la hermandad de Pasión guardaba el paso procesional, reduciendo a cenizas toda su estructura. Aún así, por suerte se conservan numerosos testimonios literarios que aseguran
algunos de los detalles de este paso. De hecho, algunos recogen con especial primor, que las andas realizadas por Gutiérrez Reyes contaban con "
cuatro relieves, inscritos en neobarrocas tarjas, campeaban en el centro de los flancos del canasto, representando el Beso de Judas (frente), la Coronación de espinas (trasera), la Calle de la Amargura (lateral derecho) y Jesús ante Pilatos (lateral izquierdo); en las esquinas figuraban otros cuatro medallones con escudos".
Aún a día de hoy se puede observar
uno de los dragones que se encontraban en el paso procesional, estando conservado en la sala capitular de la Hermandad de Pasión. Este incendio, a pesar de sus devastadoras consecuencias,
trajo consigo la realización del paso de Cayetano González para el Señor de Pasión.