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Lo que queda del día

Un “error de cálculo” demasiado considerable

Concluir que todo se debió a “un error de cálculo” inducido por el  “afán por celebrar el ambiente del evento”, resulta cuando menos sonrojante, si no ridículo

Publicado: 04/05/2024 ·
12:16
· Actualizado: 04/05/2024 · 12:16
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  • Los pilotos de Moto GP durante su paseo previo a la carrera -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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“Con la ira y la decepción no se llega muy lejos, pero sin la curiosidad estaba uno perdido”. Paul Auster

 

Hace ocho años, tras la finalización de la carrera de Moto GP en el Circuito de Jerez, la prensa aguardaba en la sala del Ayuntamiento la llegada de la alcaldesa para que ofreciera el balance oficial, como era costumbre cada año. Aquel día empezó a demorarse la espera. “Los datos”, nos decían. Estaban a la espera de que se los comunicaran, pero, por la expresión, aquello encerraba algún misterio que la propia Mamen Sánchez se encargó de desvelar poco después: las cifras publicadas hasta ahora sobre la asistencia al Gran Premio de España no eran reales y ella había decidido poner fin a esa práctica. Así, en un año, de 2015 -último del Gobierno de Pelayo- a 2016 -primero de la alcaldesa socialista- se pasó de una asistencia de 243.570 espectadores a otra de 120.255, algo menos de la mitad, sin que, a la vista de la afluencia, fuera perceptible dicho descenso.

La primera impresión fue de desconcierto absoluto. No por el hecho de entender que habíamos vivido instalados en una mentira, sino por la comprometedora situación en la que podía quedar la propia organización del Mundial. En realidad, la mentira como tal se reducía a una cifra, no al ambiente ni a la trascendencia deportiva y económica del evento, y el tiempo ha terminado por darle la razón a la ya exalcaldesa tras hacer bandera entonces de la transparencia: ni hubo consecuencias, ni había necesidad de fingir, ni de prolongar una práctica que, en apariencia, venía de mucho tiempo atrás.

Por eso mismo, cuando este domingo se dio a conocer la cifra de asistencia al Circuito de Jerez, la primera impresión fue de nuevo la de desconcierto, pero también de curiosidad: ¿296.741 personas en el acumulado del fin de semana? ¿Casi 133.000 más que el año anterior? Es cierto que se apreciaba una mayor afluencia que el año anterior, pero ¿hasta tal punto? El dato, que se hizo oficial sobreimpresionado en pantalla durante el directo en televisión minutos antes de empezar la carrera de Moto GP, fue confirmado posteriormente por la alcaldesa, María José García-Pelayo, durante su valoración oficial. Año de récord. Más afluencia y menos incidencias. Todo perfecto.

No sólo eso, a partir de las cifras difundidas, la Consejería de Turismo emitía su propio informe sobre el impacto económico de la prueba durante el fin de semana, elevando el gasto turístico por encima de los 25 millones de euros:  “un 125,7% más que en la edición de 2023, una cifra sin precedentes en la serie histórica”. Y tan sin precedentes, como que partía de un “error de cálculo”.

Pocas horas después, las cifras oficiales se venían abajo. Era la propia organización del Mundial quien lo reconocía: la asistencia al Circuito no fue de 296.741 personas, sino de 181.289; es decir, 115.452 menos. Teniendo en cuenta que la asistencia ofrecida en 2023 superaba las 163.000 personas, y que este año era apreciable el incremento en los accesos al trazado jerezano, esa cifra sí se amoldaba más a la realidad.

La rectificación y su explicación, que asumió la organización, lejos de tranquilizar, alimentan la controversia que esa misma mañana había deslizado Mamen Sánchez al poner en duda la realidad de las cifras, entre otros motivos porque tendrían que venir después respaldadas por las cifras de recaudación -algo sabrá después de ocho años al frente de Cirjesa-.

Concluir que todo se debió a “un error de cálculo” inducido por el  “afán por celebrar el ambiente del evento”, como si alguien hubiese anotado mal un número en un momento de contagiosa euforia, resulta cuando menos sonrojante, si no ridículo, por mucho que se haya producido lejos ya de los flashes, el podio y la felicidad de sentirnos en la cima del mundo, donde no hay necesidad de fingir.

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