Qué impotencia para un carnavalero tener que vivir en la noche de una final del Falla la desgraciada noticia de que dos guardias civiles perdían la vida a manos de unos criminales que jugaban con sus ‘narcolanchas’ como enloquecidos demonios, mientras una jauría de fantasmagóricos personajes, grababan y emitían por redes tan fatídicos momentos. Su única razón era salvaguardarnos de esta lacra que lamentablemente recae en los pueblos más cercanos a la costa, causando terrible daño precisamente a los jóvenes, que ante la falta de trabajo se convierte en mercenarios de estos demonios que trafican la maldita droga, y que, sin sentido ni control acabarán en la cárcel para el sufrimiento de sus familias, esposas e hijos.
Tan dantesco espectáculo me recordaba aquellos coliseos romanos donde, bajo el lema de ‘pan y circo’, la enloquecida plebe gritaba y festejaba la muerte de aquellos cristianos, esperando que un malvado emperador bajara el pulgar para que las fieras les arrancaran las entrañas. En este caso, para que potentes ‘narcolanchas’ ahogaran para siempre sus vidas, y todas sus esperanzas.
Sin quitarle ni un ápice de culpabilidad a esos inconscientes que se jactaban grabando tan lamentables hechos cada vez que algunas de esa potentes ‘narcolanchas’ embestían a la patrullera que naufragaba a merced de tan crueles criminales, toda la culpa debería recaer en los asesinos sin conciencia, que no sólo se contentaron con asustar a los guardias en esa lucha de David contra Goliat; sino que consumaron tan sanguinarios crímenes sin darles oportunidad de salvación.
Como barbateño tengo la obligación de denunciar tales hechos, al igual que protestar por la ignominiosa dejadez de los que tienen la obligación de velar por la salud y bienestar de los ciudadanos, para que doten de los mecanismos necesarios a las fuerzas del orden y puedan cumplir su cometido con garantías, sin tener que aventurarse a perder sus vidas en manos de asesinos que campan a sus anchas y juegan al gato y el ratón.
Mientras que la ‘casta política por encima del bien y del mal’, vive al margen de todos los problemas que tenemos los ciudadanos, para mentir, robar, malgastar y cometer todo tipo de fraude sin que nada les pase. Ya estamos hartos de ver importantes políticos cada vez que en mi pueblo ocurre una desgracia, para hacerse fotos y ponerse medallitas a costa del dolor y la pena de los familiares. Eso sí, viajan en coches brindados y con escolta de guardias para que no les pase nada.
Como barbateño, me sumo a las condolencias de la familia por sufrir tan lamentables pérdidas. Pido perdón porque esa jauría de indeseable grabara tales hechos, pero quiero dejar bastante claro que los criminales, ¡Los verdaderos culpables!, ninguno era de Barbate, por lo tanto me cuesta admitir, aunque entienda tan amargo dolor, que se acuse a todo mi pueblo de esa barbarie. No todo los españoles eran miembros de la ‘Inquisición’, como tampoco todos los catalanes era de ‘Tierra Yure’, ni todos los Vascos pertenecían a la ETA. También quiero dejar constancia que, sin que fueran hijos de Barbate, se anularon todas la fiesta decretándose tres días de luto, cosa que otros pueblo no hicieron. Así que como dijo Jesucristo “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
