Testículos del color del casco de Darth Vader

AÑOS atrás, uno era un rebelde, un gamberro, siempre fumando, bebiendo como un cosaco, tratando de acostarme con cualquier damisela y escupiendo a los viandantes desde el piso de mis padres. Pero todo cambió cuando senté la cabeza al cumplir once añitos...

Ahora soy un adulto responsable preocupado por la crisis económica y los ataques especulativos contra el país donde trabajo, duermo, como y trato de fecundar un vástago antes de que mi esperma pierda aún más calidad de la escasa que ya tiene.

Estoy amargado y es lunes. Mal día para los amargados. Otro lunes más y sigo fumando, y sigo bebiendo y sigo escupiendo, pero con responsabilidad, sólo a los viandantes con cara de malo de película. Una semana por delante y siento que la anterior aún la tengo clavada por detrás.

Abro un periódico mientras que miro el café de reojo para que no hierva. Los nacionalistas ganan en Cataluña por lo que estoy seguro que ya no veré a Montilla sonreír. Sigo leyendo y hablan y hablan y hablan, expertos, economistas, políticos y chamanes de tres al cuarto, sobre si al final Europa y el FMI tendrán o no que rescatar a España, que si Spain es igual o no que Irlanda o Grecia, que si avisan de que nuestro país no cumplirá en 2011 con la reducción fijada de su déficit público.

No sé que ocurrirá mañana, mucho menos dentro de un año. Quizás no esté aquí para contarlo, para vivirlo. Quizás sea yo el próximo presidente del Gobierno, quizás entrene a un equipo de fútbol, quizás me crezcan todos los miembros de mi cuerpo hasta límites increíbles. No lo sé, sinceramente, lo que está claro, lo que tengo claro, es que entre la crisis y los políticos, mis testículos tienen y tendrán el color del casco de Darth Vader.