La Hermandad de la Viga culminó ayer el programa de actos del IV Centenario del Copatronazgo del Socorro. La imagen recibió la Medalla de Oro de la Ciudad a su paso por el Ayuntamiento.
La Hermandad de la Viga culminó ayer los actos organizados con ocasión del cuarto centenario del copatronazgo de la Virgen del Socorro. Y lo hizo con una procesión realmente extraordinaria, por cuanto se apartó en ocasiones de los usos y costumbres contemporáneas para adentrarse en la historia. El primer rasgo distintivo de la estampa habitual del palio del Socorro vino dado por la confección de un techo coronado por una pintura alegórica de los milagros que hace cuatro siglos hicieron que la titular mariana de la Hermandad de la Viga fuese reconocida como copatrona de la ciudad. Unas caídas elaboradas con tela de guipure y unos faldones realizados en damascos blancos y celestes completaron la singular estampa. La Virgen del Socorro lució además un manto azul cedido para la ocasión por la Hermandad del Nazareno de Villamartín, así como los nuevos candelabros de cola que ha realizado Antonio García Falla.
La procesión partió de la Catedral a las 19.00 horas, precediendo al cortejo la Agrupación Musical San Juan e iniciándolo las cruces parroquiales de las ocho parroquias que existían en la ciudad en 1610. La presencia en la calle de la Virgen del Socorro fue saludada por el canto del Magnificat, a cargo de la Coral Polifónica de San Dionisio Aeropagita, que intervino en distintos momentos del itinerario procesional.
Sobre las ocho y media de la tarde, la copatrona de Jerez se hizo presente en el Ayuntamiento, donde tendría lugar uno de los momentos más destacados de la jornada, toda vez que el Consistorio hizo entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad a la Virgen del Socorro. Anteriormente, la Corporación municipal celebró un Pleno extraordinario en el que se aprobó la concesión de esta distinción. La entrega de la medalla se llevó a cabo en la plaza de la Asunción, que fue además el escenario elegido para el estreno de la marcha Socorro, original de Carlos Llano Picón. La composición fue interpretada por la Banda de Música Nuestra Señora de las Angustias, de Sanlúcar la Mayor, que acompañó durante todo el recorrido a la Virgen del Socorro.
La procesión había alcanzado su momento de máximo esplendor, pero aún quedaban por vivirse otros hitos especialmente emotivos. Justo después, en la plaza de la Yerba, se procedió a descubrir un azulejo conmemorativo de esta efeméride cuyo motivo principal es uno de los milagros atribuidos a la Virgen del Socorro que hace cuatrocientos años justificaron que el Cabildo de la ciudad le otorgara el título de copatrona. La Coral de San Dionisio Aeropagita interpretó entonces el Ave María Guaraní.
Camino de la Catedral, la Virgen del Socorro sería objeto de una petalá, en Conde Cañete del Pinar, protagonizando poco después un emotivo encuentro con la Reina del Carmelo. Carpintería Baja, Peones y Arroyo constituyeron los pasos previos al ascenso de las rampas del Reducto catedralicio, donde no faltarían las tradicionales bengalas. Fue el broche de oro a una tarde con reminescencias históricas.