Dos meses después de la entrada de Daniel Sancho en la prisión de Koh Samui por el presunto asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta,
la policía tailandesa ha finalizado el informe de la investigación del crimen cuyo único acusado es el hijo de Rodolfo Sancho.
Dicho documento está ya en poder de la Fiscalía, que a su vez elaborará su propio informe para entregarlo al Tribual de Samui antes del 27 de octubre.
A partir de ese día el juez fijará la fecha para el juicio por el que el cocinero español podría enfrentarse a la pena de muerte, ya que pesa sobre él la acusación de asesinato premeditado.
Mientras tanto,
en España continúan saliendo a la luz informaciones sobre el pasado 'conflictivo' de Daniel. Después de que trascendiese que el nieto de Sancho Gracia tiene pendiente un juicio en nuestro país por un delito de lesiones tras agredir a un hombre en la cola de un taxi en el año 2019, otra víctima del joven ha hablado y ha contado su testimonio.
Se trata de Richard William Medina,
al que el hijo de Rodolfo Sancho habría agredido hace 6 años y que ahora ha revelado en exclusiva al programa 'TardeAR' cómo se portó el presunto asesino de Edwin Arrieta con él y con un amigo.
Tal y como ha desvelado,
todo ocurrió una madrugada el mes de septiembre de 2017, cuando coincidieron con Daniel en una discoteca de Chamartín, al norte de Madrid. Describiendo al cocinero como una persona irascible, agresiva y racista, asegura que en primer lugar agredió a su amigo, partiéndole los dientes con un vaso y propinándole a continuación más golpes, puñetazos y patadas.
Fue entonces cuando Richard William se acercó para separarlos
y Daniel le habría dado un golpe "que me rompió la nariz". "Me dio patadas en el suelo y me rompió el metacarpiano", ha relatado.
Una agresión que él y su amigo denunciaron y por la que se enfrentaron en los juzgados con el hijo de Silvia Bronchalo tres años después de los hechos. El chef fue acusado de lesiones graves con un pequeño agravante por usar un vaso de cristal y, como asegura su víctima, su actitud en el juicio fue de todo menos amistosa: "Muy prepotente, diciendo que nosotros éramos los culpables cuando no era así, nosotros teníamos las lesiones y una sentencia en la que salimos como beneficiados.
Él quedó como culpable, nos pagó unos 14.000 euros" ha revelado.
"Pienso que esta persona iba borracha y drogada.
Para ser tan temprano él ya iba muy pasado, se le notaba muy agresivo. Estaba también su exnovia que me estuvo increpando. A mí personalmente me decía negro de mierda, que me vaya a mi país, que me vaya de aquí. Yo soy una persona de color, si me llamó negro de mierda, algo de racismo tendrá en lo que es su conciencia", ha asegurado en declaraciones a 'TardeAR'.