El Papa ha admitido "cierta frustración" con la misión de mediación que está llevando a cabo el Vaticano con la guerra en Ucrania, porque "la Secretaria de Estado está haciendo todo lo posible para ayudar.
Así lo ha puesto de manifiesto durante la rueda de prensa que ha celebrado a bordo del avión que le ha traído de vuelta al Vaticano desde Marsella, según informa Vatican News.
En cualquier caso, Francisco ha precisado que "hay algo con los niños que va bien", en relación a la misión de mediar para devolver a Ucrania a niños deportados por Rusia, una acción que el propio presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski le pidió que llevase a cabo en su visita la Vaticano.
El Pontífice también ha precisado que la guerra no es solo un problema ruso-ucraniano, sino que está "la venta de armas" y ha clamado contra las " fábricas de la muerte".
Además, ha recalcado que el pueblo ucraniano es un pueblo mártir, pero no hay que jugar con el martirio de este pueblo. "Debemos ayudarles a resolver las cosas de la mejor manera posible, lo real es lo posible. En las guerras lo real es lo posible, no crear ilusiones: que mañana los dos líderes en guerra irán a comer juntos, pero en la medida de lo posible, donde iremos a hacer lo que sea posible", ha reflexionado.
También ha advertido que ahora algunos países retroceden, no entregan las armas, y se inicia un proceso donde el mártir seguramente será el pueblo ucraniano. "¡Y eso es una cosa fea!", ha lamentado.
El Pontífice ha querido retomar después el motivo de su viaje a Marsella antes de finalizar la rueda de prensa para subrayar que Marsella es un puerto que es un mensaje para Europa: "Marsella da la bienvenida. Acoge y sintetiza sin negar la identidad de los pueblos. Necesitamos repensar este problema para las otras partes: la capacidad de acoger", ha comentado.