Pero todo coinciden en que se trata de la mejor playa de todo el litoral gaditano.
Los más de cinco kilómetros de playa virgen de Camposoto son una escapada fantástica para muchos y un recurso turístico desaprovechado para otros. Muchos son los veraneantes que diariamente, ya sea en bus o en coche, se trasladan a las afueras de San Fernando para disfrutar de la playa artificialmente llamada del Castillo.
La mayoría de los isleños están muy orgullosos de su playa y afirman que no hay ninguna que la supere en servicios y en belleza. Los muchos equipos de salvamento y primeros auxilios que se extienden por la playa hacen que muchos bañistas se encuentren seguros y puedan disfrutar con mayor tranquilidad de su día playero.
Hay puestos de socorro y Policía Local cerca de todas las entradas de la playa que están funcionado desde por la mañana hasta por la tarde y durante toda la semana. También hay equipo de salvamento y un canal de embarcaciones que van supervisando que no haya ningún “susto” en la playa o el agua.
Otro aspecto destacado por los bañistas son los vestuarios y duchas. Para muchos el hecho de que haya duchas y vestuarios facilita que la gente pueda irse ya arreglada desde la playa si necesidad de tener que pasar por casa.
Todo esto hace que algunos isleños afirmen que la playa esta completamente preparada y en mejores condiciones que otras de la provincia e incluso de Andalucía. Para algunos “su playa” ha sido declarada de las mejores de España y está en el número de la costa gaditana. La mayoría se encuentra muy satisfecha tanto con los servicios a su disposición como con la accesibilidad a la costa.
Sin embargo, hay otros que ven las mejoras que se podrían hacer y que se están dejando pasar con el tiempo. Para muchos isleños el Ayuntamiento de la ciudad no está inviertiendo en mejorar la situación de la playa y está dejando que permanezca virgen no por conservación, sino por dejadez y falta de iniciativa. Algunas personas reclaman mayor limpieza de la playa, ya que consideran que hay zonas con demasiado barro y donde la arena está muy negra.
También hay gente que demanda un un doble carril de acceso peatonal, ya que el que hay es muy estrecho y cuando la gente anda en dirección contraria se producen atascos de personas y se hace muy difícil andar. Otros piden el asfaltado del aparcamiento para dotar de una mayor calidad a las instalaciones de la playa.
Estos usuarios creen que San Fernando cuenta con una playa por explotar a la que no se le saca el rendimiento económico y turístico necesario. Para muchos la playa se encuentra en un enclave excepcional y con una buena gestión turística se ayudaría a desarrollar y enriquecer a la ciudad. Los principales problemas que ven son la falta de alquiler de embarcaciones acuáticas, una mejor señalización e iniciativas de ocio. Esto es para muchos el error que la administración está cometiendo, ya que con una política de ocio y turismo activo la playa sería la primera opción de mucha gente y los vecinos de localidades cercanas vendrían a San Fernando en lugar de trasladarse los isleños a las playas de Cádiz, que es lo que para muchos viene sucediendo.
La consecuencia de todo esto para el sector más crítico es que al no darle nuevas utilidades a la playa se está desaprovechando una oportunidad para la creación de trabajo en la zona.
Del otro lado están los que afirman que encontrar en un lugar de tanta explotación turística como es la provincia de Cádiz un paraje natural como la playa de Camposoto es un lujazo para todos los isleños, y es el valor máximo que este lugar puede tener. Y que ese es el atractivo que hace mucha gente siga acercándose a esta playa.
Más turismo para el comercio Los comerciantes de la zona afirman que les gustaría un poco de animación turística, sobre todo en este último año donde los efectos de la crisis se están notando más y está viniendo menos gente a la playa. Muchos de ellos hablan que entre semana la cosa se hace mucho más difícil y que si se llevaran a cabo iniciativas como conciertos en la playa o juegos infantiles el consumo subiría y además traería a gente de otros pueblos hasta San Fernando.
Los días estrellas son el viernes, el sábado y el domingo, ya que es durante los fines de semana cuando la playa se encuentra en su mayor esplendor en lo que a asistencia se refiere. Los encargados de los chiringuitos afirman que están contentos por ahora pero que este año se está notando que ha venido menos gente. Aún así la playa es la opción de ocio preferida por todo el mundo en verano y el consumo se hace inevitable.
El principal “rival” de los chiringuitos es la gente que se trae la comida de casa, que en el caso de esta playa, de uso principalmente familiar, es la mayoría. Pero también hay clientes asiduos que prefieren que les sirvan en la barra y gente que le gusta comer en los chiringuitos por lo menos alguna vez en semana.
A pesar de las críticas y de la controversia en torno de la explotación turística o no de la playa, los isleños disfrutan de “su playa” de una manera plena y la mayoría de ellos están muy satisfechos tanto con los servicios puestos a su disposición, como con la calidad de la playa, una de las pocas que cuenta con el privilegio de tener la Bandera Azul de los Mares Limpios.
Para la mayoría de la gente que se acerca a la playa los protagonistas de este año seguirán siendo los mismos que los de años anteriores, la tortilla de patata, el niño jugando con el balón o a las palas, la piel quemada, la sombrilla, el viento o los castillos de arena.
Pese a la falta o no de servicios año tras año la gente espera la llegada del verano para dirigirse a la playa y cambiar de rutina. Así tomando un baño o bronceándose al sol adoptan durante unos meses una conducta que según algunos médicos se trata de un comportamiento de lo más saludable y que ayuda a la gente a tomar la vida con una filosofía mucho más feliz.
Todos los isleños disfrutan, por tanto, de una gran playa que, a la espera de lo que pueda pasar con ella -poco porque está rodeada por un Parque Natural-, para muchos sigue siendo un rincón único de la costa gaditana que año tras año disfrutan jóvenes, niños y mayores que esperan durante todo el año la llegada del verano.