Por qué en un templo cuando se trata de conmemorar el Bicentenario de las Cortes Generales y Extraordinarias de 1810. Por qué ese protagonismo de la Iglesia en un estado laico como el que gozan todos los españoles. Esa fue la pregunta que se hizo y contestó el sacerdote en la iglesia del Rosario de la Carraca en la misa previa a la salida del buque escuela Juan Sebastián de Elcano para realizar la travesía hasta Cádiz, con La Galeona presidiendo un día histórico para el arsenal y para San Fernando.
La respuesta está en la historia, en la propia Constitución de 1812 y en lo que era entonces la Iglesia a la sociedad y al Estado. Se celebraba una misa con el Bicentenario de las Cortes Generales y Extraordinarias de 1810 como motivo principal porque en un templo tuvo lugar el juramente de los diputados españoles e iberoamericanos y porque el propio preámbulo de la Carta Magna que el pueblo llamó La Pepa, deja meridianamente clara la inspiración católica del documento que se convertiría en la madre del constitucionalismo moderno.
Lo que la Armada aportó en la jornada de este sábado al Bicentenario de las Cortes fue precisamente el carácter religioso, haciendo que la imagen de la Virgen del Rosario que custodian los dominicos de Cádiz llegara un día antes al arsenal de la Carraca para, tras la misa -en la que se firmó el documento de custodia y entrega de la imagen-, salir en procesión hasta el buque escuela donde haría la travesía hasta Cádiz, en cuyo puerto, de nuevo, la esperanaban sus custodios para trasladarla a la iglesia de Santo Domingo.
Los actos
El resto de la ceremonia en la salida anual del Juan Sebastián de Elcano fue similar a la de otros años, aunque con las autoridades civiles presentes y las alusiones al Bicentenario en cada uno de los episodios que deparó la jornada.
En el Panteón de Marinos Ilustres tenía lugar el homenaje a los caídos a las diez menos diez de la mañana, presidido por el Amardiz en presencia del director de la Escuela de Suboficiales, del alcalde de San Fernando y de representantes de los partidos políticos municipales, amén de la dotación de guardiamarinas y familiares.
Fue el acto sencillo que precedió el vertido de agua del último viaje del buque escuela en interior del ábside del Panteón de Marinos Ilustres por parte de seis guardiamarinas, y la firma en el libro de honor del nuevo comandante del Juan Sebastián de Elcano, capitán de navío Manuel de la Puente Mora-Figueroa.
Una foto de grupo con todos los guaridamarinas y sus mandos y excepcionalmente con el alcalde de la ciudad, puso el punto y final al acto para pasar al siguiente ya en el arsenal de la Carraca, donde a las once de la mañana tenía lugar la misa previa al inicio del viaje en la iglesia del Rosario.
Allí estaba, presidiendo el templo, la pequeña imagen de la Virgen del Rosario Galeona, que fue portada al final de la ceremonia religiosa por cuatro guardiamarinas para llevarla en procesión hasta el buque.
Comienza la historia
Ahí es donde comenzó la historia, si no en el mismo momento en que la imagen cruzó las puertas de la Carraca el miércoles 30. La salida de La Galeona de la iglesia del arsenal, la procesión camino de la Puerta del Mar, su trasiego por el muelle acompañada de la banda de música, los guardiamarinas, los mandos, las autoridades civiles, militares y eclesiásticas, marcaron la imagen única que quedará en la retira de los que tuvieron la suerte de verla y de vivirla.
Subir la pequeña imagen al buque escuela es siempre un acontecimiento, más cuando el paisaje era excepcional, y verla presidiendo la escena flanqueada por cuatro guardiamarinas, el regalo de la Armada a la ciudad y al Bicentenario de las Cortes. Ahí, en ese momento mágico, se unía todo, el ayer y el hoy, el pasado glorioso y el presente esperanzado en que pasen los negros nubarrones de una crisis a la que siempre le queda demasiado tiempo.
Poca gente en la salida
El pueblo de San Fernando estaba invitado a la salida del buque desde la Carraca y el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con la empresa concesionaria de los transportes públicos para que la Línea 1 parara en la puerta del arsenal, donde otros autobuses lanzaderas los llevaban dentro. Pero la gente no acudió como se esperaba y el muelle quedó menos vistoso, a pesar de los animadores vestidos de época intentaban que que la espera fuera menos pesada con cantes, bailes y parodias de diputados.
La hora, desde luego, era las tres de la tarde de un sábado, justo en los momentos del almuerzo o bien esperando la jornada del domingo cuando el buque zarpe definitivamente hacia el nuevo crucero de instrucción desde el muelle de Cádiz, como siempre.
Con todo, la salida este año es más temprana que en anteriores singladuras, ya que durante este viaje, el Elcano se integrara en la regata Velas Sudamérica 2010 entre los puertos de Río de Janeiro y Guayaquil, en la cual participan varios veleros de países tanto de Centroamérica y Sudamérica como de Europa. Esto fomentará las relaciones personales entre los guardiamarinas y sus colegas de otras Marinas.
También será una oportunidad para fomentar una sana competitividad de regata entre todos los miembros de la dotación para dejar al Elcano en un buen lugar.
Eran ya las tres y media de la tarde cuando el buque comenzaba a moverse ayudado por los remolcadores, zarpando rumbo a Cádiz a través de la bahía, abriendo el puente Carranza donde fue saludado con un toque de sierena y seguido por varias decenas de embarcaciones de San Fernando en la primera parte del periplo. Hoy, a las 12.00 horas, será la definitiva.
Al mando de un comandante de raza
El buque escuela Juan Sebastián de Elcano está comandado por un marino de raza, hijo de marino, con la particularidad de que su padre, allí presente, ya comandó el bergantín goleta y otro De la Puente forma parte de la actual dotación de guardiamarinas.
El capitán de navío Manuel de la Puente Mora-Figueroa nació en Cádiz el 19 de mayo de 1958. Se incorporó a la Escuela Naval Militar el 16 de agosto de 1977 y se graduó como alférez de vavío en 1982.
Ascendió a capitán de corbeta en 1994. En este empleo, estuvo destinado como jefe de Operaciones en el Estado Mayor del Grupo Alfa. En el año 2001 ascendió a capitán de fragata y en septiembre de 2003 asumió el mando de la fragata Blas de Lezo, en construcción en Ferrol. El buque fue entregado a la Armada en diciembre de 2004, siendo su primer comandante hasta junio de 2006, periodo en el que participó en las pruebas CSSQT con lanzamientos de misiles en San Diego (EEUU) y formó parte de la SNMG-2 desplegando en el Mediterráneo. El 16 de julio de 2008 ascendió a capitán de navío.
Los objetivos del crucero consisten por un lado en completar y contribuir a la formación integral de los 49 guardiamarinas que embarcan este año, y que corresponden a las promociones 411 de Cuerpo General y 141 de Infantería de Marina, y por otro en apoyar a la acción exterior del Estado en lo países que se visitan. La dotación está formada por 23 oficiales, dos destinados en la Escuela Naval Militar y uno pertenece a la Royal Navy, 22 suboficiales, 140 de personal de marinería y tropa y 5 maestros civiles.