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Alcalá la Real

La certeza de los almendros

La floración de los almendros se convierte en uno de los más bellos espectáculos naturales de este mes de febrero en la Sierra Sur

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  • Almendro en flor, en Alcalá. -

Pespuntean de blanco, aquí y allá, riberas de caminos y bordes de carreteras. Son, apenas, una mancha blanca y arrebolada que se asoma entre olivos, anunciándonos que los más riguroso del invierno queda atrás. Porque la certeza de los almendros es la del fin del frío, el mismo mensaje que lleva intrínseco la festividad de la Candelaria, e igual que ella, a finales de enero, lo más pronto, o mediados o finales de febrero, lo más tardar, sus flores se postulan como un verdadero atractivo de la naturaleza.

El almendro es, en la Sierra Sur, un cultivo testimonial. Apenas si se encuentran espacios en los que el árbol se halle formando los clásicos almendrales tan propios de otras tierras, como las manchegas. Aquí son meros figurantes, acompañamiento del monocultivo del olivar, y con menos presencia incluso que otros clásicos, como el cerezo, más difusamente extendido por términos como el de Castillo de Locubín y, más minoritariamente, Alcalá la Real.

Precisamente es en Castillo de Locubín donde el almendro alcanza más presencia dentro de nuestra comarca. No en vano, una empresa como Cerezas y Almendras Castillo, se erige como factoría partidora en la que entre finales de agosto y septiembre se reciben entre 700.000 y un millón de kilos de almendra. No estamos, desde luego, ante un fruto del que se viva, pero sí ante un complemento de renta, máxime en tiempos en los que el precio de la aceituna ha caído a niveles verdaderamente indignos. A título de ejemplo, en este momento, el precio de la almendra en la Lonja de Albacete, una de las de referencia a nivel nacional, se encuentra entre los 6,10 euros/kilo para la variedad marcona, la de mayor calidad, y los 4,90 euros/kilo para la largueta, la más económica.


En la provincia de Jaén, la producción de almendra ha seguido una evolución significativa en los últimos años. Como referencia, en 2018 se alcanzaron las 2.770 toneladas, lo que supuso un incremento del 9% respecto al año anterior, y un 85% más sobre la media de los cinco últimos años. No obstante, supone solo una pequeña parte de la producción andaluza, que para ese mismo año se situó en más de 82.700 toneladas.

Aunque existen más de cien variedades de almendras, en nuestro país predominan cinco: la marcona, largueta, planeta, Mallorca y Valencia. La almendra se consume cruda, tostada, salada o ahumada; como complemente en guisos o ensaladas, o sobre todo en repostería. No en vano, la mayor parte de la producción de nuestra comarca, como la del resto de la provincia se marchará a Levante para acabar convertida en deliciosos turrones. Pero eso será a finales de verano. Ahora toca disfrutar de un espectáculo que es comparable al del cerezo en su belleza grandiosa y efímera.

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