Hacer partícipes a los jóvenes de la localidad de su protagonismo en el futuro de Castillo. Este es uno de los objetivos que se marca el Acto de Reconocimiento de Mayoría de Edad, que este jueves tenía lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Castillo de Locubín. Cerca de una veintena de jóvenes nacidos en 2002 acudían a este encuentro que no se ha podido celebrar en los años precedentes debido a la pandemia. Los nacidos en los años 2003 y 2004 ya habían sido citados telemáticamente el pasado 14 de mayo para este mismo fin.
“La llegada a la mayoría de edad supone el alcanzar una mayor libertad de decisión así como gozar de mayores derechos, pero también supone asumir mayores responsabilidades y obligaciones”, señaló en el acto el alcalde, Cristóbal Rodríguez, quien animó a los presentes “a apostar por vuestro municipio mediante cualquier propuesta que pueda suponer un avance para la localidad, porque sois el futuro de Castillo de Locubín”.
El primer edil quiso, además, tender la mano del equipo de gobierno a los jóvenes. “No dudéis en hacernos llegar cualquier problema que os surja, cualquier idea, cualquier duda, ya que estamos aquí para mejorar la vida de los castilleros; para hacer realidad proyectos que mejoren la calidad de vida de todos, por supuesto, también la de vosotros, los jóvenes, que sois una parte especialmente valiosa de nuestra sociedad”.
En el encuentro con los jóvenes, de hecho, pudo constatarse como en el municipio ya se han materializado proyectos que fueron planteados en su día, en el pleno infantil en el que participaron estos jóvenes, como es el caso del gimnasio municipal. Al mismo tiempo, este acto sirvió para que fueran planteadas nuevas necesidades y mejoras para el municipio.
Como colofón al Acto de Reconocimiento de Mayoría de Edad, el consistorio hizo entrega a los presentes de un “cheque cerezo”, consistente en un vale por el que cada joven podrá retirar un plantón de cerezo de una floristería de la localidad. Se ha querido simbolizar con ello la apuesta por perpetuar el cultivo más representativo de la Castillo. En dicho acto se procedía, además, al sorteo de tres tablets, una por cada uno de los años de nacimiento. Así, entre los nacidos en 2002, el afortunado ha sido Miguel Conde Lara. Entre los nacidos en 2003 la suerte sonrió a Isabel María Anguita Contreras, mientras que, entre los que tienen 2004 como año de nacimiento, la tablet correspondió a Ainoa Villén Ruíz.