El conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife ha duplicado el número de visitantes del verano de 2020, marcado por la pandemia, al registrar durante los pasados meses de junio, julio y agosto un total de 383.448 visitas frente a los 200.254 del periodo anterior. Un contexto en el que la exposición 'Odaliscas. De Ingres a Picasso' se ha convertido en un revulsivo para el monumento.
En la apertura del seminario internacional que sirve de colofón científico a esta exposición, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, ha señalado que es la primera gran exposición internacional organizada tras el estado de alarma como consecuencia de la expansión del coronavirus.
"Esta exposición nos ha permitido recuperarnos y mirar al futuro con optimismo, y también ha situado de nuevo a la Alhambra en el mapa de los grandes destinos internacionales de la cultura y el arte", ha señalado Del Pozo en la inauguración de este seminario que, organizado por el Patronato de la Alhambra en colaboración con la Fundación La Caixa, reúne este jueves y viernes a expertos para reflexionar sobre la figura de las odaliscas y su impacto en la gestación del arte moderno.
La directora del Patronato de la Alhambra, Rocío Díaz, ha indicado que en este tiempo el monumento se ha reinventado para seguir propiciando una experiencia cultural y turística completa, además de segura, pero también para recuperar el carácter internacional de la Alhambra en el ámbito expositivo.
En este seminario se reflexionará sobre cómo la figura de la odalisca se convirtió en un tema clave que recorre de manera transversal los siglos XIX y XX, y supone, a juicio de la directora del monumento, "el mejor broche de oro para esta exposición que ha permitido la revitalización de las visitas a la Alhambra".
La exposición, cuya entrada es gratuita, reflexiona sobre la creación del mito de la odalisca y cómo su figura se convirtió a lo largo de los siglos XIX y XX en uno de los grandes tópicos de la historia del arte y en un tema clave que recorre de manera transversal el siglo y medio de mayores transformaciones estéticas de la pintura occidental, mostrando la vigencia e importancia del tradicional desnudo femenino.
A través de 48 piezas de artistas como Ingres, Delacroix, Matisse y Picasso, entre otros, la exposición, comisariada por María López Fernández, también explica cómo la odalisca representaba una imagen soñada, mitificada y, por tanto, incomprendida de la mujer oriental sobre la que se proyectaron buena parte de los prejuicios que la sociedad del siglo XIX y principios del XX sentía hacia el género femenino, siempre camuflados bajo la piel de las más rotundas experimentaciones plásticas.