Alberto Rodríguez comenzará el 2 de agosto el rodaje de su nueva película, Modelo 77, “una historia de solidaridad y lucha por la justicia en el comienzo de la transición”, protagonizada por Miguel Herrán y Javier Gutiérrez.
Inspirada en hechos reales, la película se rodará en Sevilla y en la cárcel modelo de Barcelona, informó ayer un comunicado de Movistar+.
Herrán y Gutiérrez interpretan a dos convictos de la Modelo de Barcelona “que protagonizan una emocionante historia llena de humanidad, libertad y justicia”. Es la segunda colaboración de Gutiérrez con el director sevillano tras La isla mínima (2014), película por la que ganó su primer Goya al mejor actor, así como el Feroz, el Forqué y la Concha de Plata de San Sebastián.
El guion de la película está firmado por Rodríguez y Rafael Cobos, con el que ha colaborado en 7 vírgenes (2005), After (2009), Grupo 7 (2012), La isla mínima, El hombre de las mil caras (2016) y en la serie La peste.
La producción es de Atípica Films y Movistar+ y la película que se estrenará en salas de cine antes de llegar a la plataforma.
“Esta película que rodaremos en breve nos ha perseguido durante los últimos quince años. En 2006 conocimos la historia de COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha), la historia de un grupo de presos que encontraron, en las peores condiciones, la manera de ser solidarios, de mantenerse unidos, de luchar por un ideal aunque este sea utópico, de luchar aunque desde el inicio todo esté perdido”, explica Rodríguez en el comunicado.
En esta película, el director volverá además a tratar la historia reciente de España con una época concreta: “En plena Transición, en el paso hacia la democracia, las cárceles españolas se vieron agitadas por un grupo de presos en busca de la amnistía, en busca de la libertad”.
Según Cobos, “las cárceles son el reflejo de un país. Cómo trata a sus presos y por qué lo son hablan de su presente. Y de su futuro. En 1977 España vivía uno de los mayores momentos de libertad de su historia. Pero la Transición, ese idílico espacio entre las sombras y la esperanza, había decidido pasar de largo sin detenerse en las cárceles. Y eso había que contarlo”.
Un joven contable que está encarcelado y pendiente de juicio por cometer un desfalco se enfrenta a una posible pena de entre 10 y 20 años, un castigo desproporcionado para la cuantía de su delito. Pero son otros tiempos. Estamos en 1977. Y en la cárcel Modelo impera la ley del más fuerte. A pesar de tener todo en contra para lograr el indulto, el joven no se rinde y se une a un grupo de presos comunes que se está organizando para exigir una amnistía.
“Espero -agrega- que sepamos hacer una película tan emocionante y humana como el testimonio que recoge”.
