El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en relación a cómo cree que seguirá afectando la pandemia del coronavirus al culto católico y sobre si ya se han superado las peores consecuencias en este ámbito, ha dicho esperar que los fieles puedan volver a abrazarse "pronto", aunque también ha señalado que aún hay "miedo" a ir a la iglesia, porque todavía hay contagios.
En cualquier caso y en una entrevista concedida a Europa Press, Demetrio Fernández, ha opinado que, después de más de un año desde el inicio de la pandemia, lo cierto es que "sí, vamos saliendo de esa situación tan excepcional", en cuanto a la celebración de los actos litúrgicos en los templos de la Diócesis de Córdoba.
Sin embargo, según ha lamentado el obispo, aún "no hemos vuelto a la normalidad", porque "todavía hay gente que tiene miedo de ir a la iglesia", sencillamente "porque todavía hay contagios" de coronavirus.
En cuanto a si cree que todo volverá a ser como antes y, por ejemplo, los fieles volverán a darse la paz con la mano durante la misa, a medida que el avance de la vacunación permita la celebración de los actos litúrgicos sin restricciones, el obispo ha dicho esperar "que lleguemos a una normalidad total, que podamos abrazarnos y besarnos sin miedo".
PROCESIONES
Otro escenario que se ha visto notablamente perjudicado por la pandemia es el de las procesiones, que no se han llevado a cabo en Semana Santa este año ni el anterior, y tampoco numerosas romerías en la provincia, si bien Demetrio Fernández ha indicado que para 2022 "todos" esperan que los pasos procesionales vuelvan a las calles y a la Catedral de Córdoba en Semana Santa.
Tampoco descarta el obispo que, antes de esa fecha, pueda haber procesiones, con motivo de otras celebraciones religiosas, ya que, según ha precisado, "las autoridades han dicho que las procesiones no están prohibidas", y que "basta presentar un plan de viabilidad y de seguridad para garantizar las medidas sanitarias, y ser aprobadas".
CÁRITAS Y DÉFICIT
Otra consecuencia de la pandemia para la Diócesis de Córdoba ha sido, según ha resaltado el obispo, el esfuerzo redoblado que Cáritas Diocesana y las Cáritas parroquiales vienen haciendo para ayudar a quienes ya sufrían penurias, y ahora también a los nuevos pobres de la pandemia, confiando Demetrio Fernández en que se podrá mantener en el tiempo dicho esfuerzo extra.
De hecho, para Demetrio Fernández está claro que "Cáritas, con sus voluntarios y bienhechores, estará siempre ahí, suscitando la caridad cristiana", pues "han demostrado una capacidad de alargamiento impresionante".
Sin embargo, se prevé que la Diócesis cierre el presente año 2021 con un déficit de 741.625,12 euros, precisamente por el incremento de los gastos en la pandemia, si bien el obispo considera que, "por ahora, el déficit no es alarmante", y aunque "con menos recursos llegaremos a menos, nos estimulará ver que podemos vivir y funcionar con menos", concluyendo que "Dios nos lo dará por otro lado".