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El gobierno paralelo birmano acusa a la junta de no detener la violencia

Thann se lamentó de que su gobierno no fuera invitado a la cumbre de ASEAN y de que la junta tuviera ocasión de justificar su brutal represión

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  • Birmania. -

El autodenominado Gobierno de Unidad Nacional de Birmania, formado por representantes opuestos a la junta militar, acusó este martes a los uniformados de contravenir su compromiso de parar la violencia contra civiles al "acosar" a manifestantes pacíficos.

Mahn Winn Khaing Thann, primer ministro de este gobierno paralelo, afirmó en un comunicado que a las pocas horas de que el general Min Aung Hlaing se comprometiera el sábado con los líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) a terminar la violencia contra civiles, las fuerzas de seguridad "acosaron" a manifestantes que celebraban una cacerolada, lo que contravendría el acuerdo.

Thann se lamentó de que su gobierno no fuera invitado a la cumbre de ASEAN y de que la junta tuviera ocasión de justificar su brutal represión, que ha causado al menos 753 muertes, al tiempo que reclamó la presencia del movimiento de desobediencia civil y de los grupos étnicos armados en el proceso de diálogo tutelado por ASEAN.

A la denuncia de Thann se unió la de la ONG Human Rights Foundation of Monland, que indicó que al menos una manifestante falleció el lunes a causa de los disparos de las fuerzas de seguridad y varios fueron detenidos en la localidad de Nyaungshwe, en el estado Shan.

Durante una cumbre celebrada en Yakarta, el bloque ASEAN aprobó de manera consensuada, con el plácet de la junta militar, un comunicado en el que se señala explícitamente que "habrá un cese inmediato de la violencia en Birmania y todas las partes ejercerán la máxima moderación".

La reunión, la primera cita internacional centrada en resolver la grave situación en el país tras el golpe de Estado del 1 de febrero, terminó con un comunicado que recoge además el compromiso para "un dialogo constructivo entre todas las partes para buscar una solución pacífica" y la intervención mediadora de la ASEAN.

En este sentido, Daw Zin Maung, ministro de Asuntos Exteriores de este gabinete paralelo, afirmó en Twitter que el diálogo "puede ser una solución en política", pero recalcó que es difícil hablar "con alguien que no admite sus violaciones de derechos humanos y sigue empleando la violencia".

Por su parte, la junta militar de Birmania anunció este martes que solo cumplirá los cinco puntos de consenso alcanzados con los líderes de ASEAN, incluido el fin de la violencia contra civiles, cuando el país "vuelva a la estabilidad".

En un comunicado publicado por el periódico oficialista New Light of Myanmar, la junta militar expresó que "considerará con cuidado las sugerencias" de los líderes de ASEAN "cuando vuelva la estabilidad al país", pues las prioridades actuales son "mantener la ley y el orden y restablecer "la paz de la comunidad y la tranquilidad".

El acuerdo entre ASEAN y la junta ha recibido también críticas de activistas birmanos y de grupos pro derechos humanos por la falta de concreción en la forma en que se aplicarán las medidas y por no incluir ningún compromiso sobre la liberación de los más de 3.000 presos políticos del país.

El Ejército birmano justifica el golpe de Estado por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, con el aval de los observadores internacionales.

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