Vivimos en tiempos complicados y difíciles, en los que los que, a veces, hacemos las cosas atosigados por la urgencia , bajo la cara siniestra de la ansiedad , la angustia , los escrúpulos , el pánico, las compulsiones, los síntomas hipocondríacos e incluso verdaderos delirios de contaminación
Ante cualquier acontecimiento, analizamos las ventajas y los inconvenientes y lo novedoso es seguido de una cierta perplejidad, al igual que al miedo del principio le llega el premio de la adaptación, y tal vez sea de las pocas certezas que nos hablan.
También debemos reparar y fijarnos por mucha urgencia que nos atosigue que no hay representación sin presentación, ni ausencia sin la presencia previa, aunque ésta separa y une, lo real de la realidad y de ahí surge lo que llamamos imagen corporal. Es lo que justifica que una experiencia no puede darse sino bajo presencia.
En el mundo en el que nos ha tocado vivir, la pantalla lo hace todo posible, y si no lo es lo será, al menos esa es la promesa de la actual tecnociencia virtual La virtualidad está hecha para excluir y denegar cualquier encuentro frente a lo real.
Si nos dedicamos a sabotear lo real, la paradoja desaparece y como dice Jacques-Alan Miller fundador de la Asociación Mundial del Psicoanálisis. “Todos los modos de presencia virtual, incluso los más sofisticados se enfrentaran a esto…”
Nuestros cuerpos no se viven y experimentan de la misma manera, no podemos quedarnos en la pantalla ni estáticos., y cambian en según qué épocas, por eso somos dinámicos y sorpresivos., y expresamos nuestros deseos en los movimientos y en nuestros juegos, ya que si no por mucho que queramos transformar con lo que allí vemos, cuando la pantalla se apaga, solo nos quedará el dolor de espalda.
A lo largo de nuestras vidas todos establecemos vinculaciones, que se transforman en empáticas o dramáticas, que se traducen en voces, palabras o silencios. A veces nuestro lenguaje en sus diferentes acepciones va construyendo el vínculo, con contactos que van abriéndose a nuevas relaciones.
En el contacto con los otros podemos percibir como sus angustias se desparraman y que no es capaz de contener sus propios límites, lo que nos permite sentir en toda su profundidad nuestras fragilidades y vulnerabilidades. Nuestros placeres es la expresión más evidente de nuestra unidad, entre las sensaciones corporales y los estados tónicosemocionales, siempre sin perder nuestra globalidad.
Nos sentiremos capaces y tendremos deseos cuando nuestro entorno crea en nosotros, cuando nos den alas para volar. Y por muchas dificultades que encontremos, no debemos olvidar, que si convertimos nuestros cuerpos en máquinas, y a nuestros caminos de aprendizaje en carreras en las que no gana ni pierde nadie, sino que lo importante es hacerlas, cómo y con quienes.
Giros y virajes hacia el centro y la moderación ha obligado a la derecha del señor Casado a prescindir por las bravas de su portavoz parlamentaria con la destitución de Cayetana Álvarez de Toledo por Cuca Gamarra, que solo ha tenido el cariño de algunos personajes como Esperanza Aguirre, y que no mostrado ninguna elegancia en su adiós.-
Cada uno de nosotros, a partir de nuestras realidades podemos vivir nuestro cuerpo como un contenedor de experiencias dramáticas o de ruptura sino como fuente de gozo y disfrute.
