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Patio de monipodio

Menor peso cultural y poblacional

Crecer por crecer, por ser “más grandes” es obsesión de ciudades, mejor dicho, de ciudadanos que lo consideran lógico. Lo positivo y negativo todavía no...

Publicado: 30/06/2020 ·
11:43
· Actualizado: 30/06/2020 · 11:43
Autor

Rafael Sanmartín

Rafael Sanmartín es periodista y escritor. Estudios de periodismo, filosofía, historia y márketing. Trabajos en prensa, radio y TV

Patio de monipodio

Con su amplia experiencia como periodista, escritor y conferenciante, el autor expone sus puntos de vista de la actualidad

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Crecer por crecer, por ser “más grandes” es obsesión de ciudades, mejor dicho, de ciudadanos que lo consideran lógico. Lo positivo y negativo todavía no se ha estudiado. Menos lógico aún el afán por crecer fuera de lo natural-vegetativo. Peor es la desidia ante el decrecimiento. Peor aún provocarlo. Porque las ciudades pierden peso específico, cuando pierden peso poblacional, industrial, cultural, responsabilidades directas de sus ayuntamientos y de las instancias superiores a estos. Veamos: Cuando se le quita industria a una ciudad se disminuye el valor añadido; le quita riqueza. Trabajo. Se le empobrece. Y cuando el Ayuntamiento no reclama, no patalea siquiera, se está haciendo responsable de su empobrecimiento. Cuando la vivienda es un problema por escasez y precio y su ayuntamiento promueve la especulación antes que el deber regulado por la Constitución, es necesario plantearse la sustitución de ese consistorio por otro capaz de defender los intereses de la ciudad. Porque las ciudades perciben ingresos en función del nivel de habitantes. Y en Sevilla a nadie parece preocupar su estancamiento, que más que estancamiento es marcha atrás. Y cuando se le quita industria y se protege el encarecimiento especulativo, se está echando familias, se les está mandando a otras ciudades.


El turismo no es industria pero si actividad económica rentable. La pretensión de vivir sólo del turismo es tan de ineptos como el desprecio a la industria, actividad que genera valor añadido. Ejemplos de industria perdida son las trasvasadas a otros municipios y las cerradas, sin que ningún Ayuntamiento haya movido ningún resorte para mantener, al menos, algunas de ellas. Peor aún es que, en el movimiento económico actual se dejen pasar oportunidades para traer industrias que podrían resolver la falta de trabajo; por ejemplo, la fabricación de vehículos eléctricos; no son pocas las buscadoras de ubicación para los coches del futuro. Y el Ayuntamiento de Sevilla ha sido informado sin que se hayan sentido aludidos.


Ejemplo de movimientos turísticos de importancia, son el otoño sevillano, Sevilla Park o los puertos deportivos dejados pasar de forma tan inexplicable como absurda e irresponsable. Hay en Andalucía miles de personas a la espera de un atraque para comprarse un barco. Porque los barcos se compran después de contar con el amarre, no antes de tener garaje. Eso es para los coches. Se está perdiendo la venta de barcos y los beneficios del alquiler de espacio, más el del gasto asumido por los navegantes, que también tiene su importancia. Pues los puertos en las aguas tranquilas de un río navegable son muy valorados. Y traerían a Sevilla un turismo de calidad, no el turismo bullanguero de comerse la pizza en casa para gastar menos y encarecer la vivienda.


¿Y la cultura? ¿Será capaz este Ayuntamiento de dejar morir a la Orquesta Sinfónica, como ha dejado languidecer a la Bética Filarmónica? Mal está el desprecio a la cultura. Mal de la cabeza debe estar quien, por despreciar la cultura, hurta a su ciudad del disfrute de un nombre mundial, capaz de despertar el interés por el viaje. Que también hay turismo fuera de Fitur.

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