La tasa de pobreza severa en España es la segunda más alta de la Unión Europea. Es mayor del 6,9%, dato que sólo supera Rumanía y que implica que tenemos el doble que toda la Comunidad Europea. Según las autoridades fiscales, se ha estimado entre 7.200 y 9.800 millones de euros el posible efecto llamada.
La pobreza extrema en España está cifrada en 355 euros mensuales por persona y en 746 euros por familia con dos hijos de media. Pero a algunos políticos puede que le interese que haya pobres, un factor que hace que tengan un caladero permanente de votos. Según datos estadísticos, más del 30% de la población infantil española está por debajo del umbral de la pobreza, mientras que un 82% de la población vive en el mismo umbral de la pobreza. En cualquier caso, en España hay salarios muy desiguales, bajos y vulnerables.
La pobreza se puede cifrar de la siguiente manera: 1,13 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social, cifra que nos sitúa por detrás de Rumanía y Bulgaria. Los españoles somos líderes de pobreza laboral de toda la Unión Europea. El acceso al mercado laboral es cada vez más tardío y tenemos un alto paro juvenil. A ello se suma que la vulnerabilidad laboral para hombres y mujeres mayores de 50 años, incluyendo los que tienen estudios superiores, es alta. El sistema fiscal español, por lo tanto, es un generador de desigualdad en personas con estudios superiores, un marco legal propiciado por el Ejecutivo, con instrumentos a su alcance, como el abuso de los impuestos indirectos.
En España, más de cuatro millones de hogares, es decir, unos doce millones de personas, están en riesgo de pobreza según el Consejo Europeo y el Banco de España. Estos datos evidencian, además, que tenemos 711.600 más pobres que en 2009, no llegándose a cumplir la reducción del riesgo de pobreza que se vislumbraba en los años anteriores a la crisis.
El umbral de la pobreza en un hogar con dos adultos y dos niños es de 18.629 euros anuales. Los hogares con cabezas de familia de menos de 35 años son más pobres. Tener que sostener y alimentar la vida de dependientes mayores y menores inactivos viviendo en el mismo hogar aumenta el sentimiento y la vida de pobreza. La pobreza y la exclusión social se reducen creando empleo: las empresas públicas y privadas generan puestos de trabajo y este factor debe ponerse en valor y ha de ser tenido en cuenta, porque sin empresas no puede haber trabajo y vida libre, y no se disminuye la pobreza en un sistema de libertad sin Democracia. Ojalá en España seamos capaces de aumentar el número de personas que elevan su nivel de riqueza, el de los suyos y el de los demás, porque sólo así conseguiremos acceder a un puesto medio en Europa.
