Este jueves se cumplen dos meses desde la declaración del estado de alarma en España por la pandemia del Covid-19. En líneas generales, la sociedad jiennense ha mantenido durante el confinamiento un comportamiento ejemplar, solo roto por contadas aunque muy sonoras excepciones en pequeños municipios como Porcuna (procesión) o Beas de Segura (desaire a los sanitarios en el barrio de Vistalegre). Un comportamiento cívico que ha sido ensalzado por las autoridades y que, sin duda, ha contribuido a que la presión asistencial y hospitalaria de la provincia se haya podido controlar en todo momento.
Claro que, en marzo casi nadie podía imaginar que la provincia registrase 168 fallecidos (ayer se contabilizaron dos más) por coronavirus a mediados de mayo. El número de positivos ha vuelto a repuntar (ayer 20 casos más) aunque la mejor noticia es el progresivo descenso de la carga hospitalaria. ayer había 46 ingresados en los hospitales de la provincia, y 10 enfermos en las UCIs. Además, el número de curados (1.099) ha crecido en los últimos días a un ritmo mucho mayor al de nuevos contagiados. Y otros datos que avalan el cierto alivio sanitario es que no han llegado a utilizarse ni los centros ni hoteles que habían sido medicalizados para casos de emergencia, o que el dispositivo de acogida de La Salobreja se haya desmantelado ya.
Desde esta semana, Jaén, al igual que otras cinco provincias andaluzas, ha entrado en la fase 1 de la desescalada hacia la ansiada normalidad. Y, aunque era una medida muy esperada por la ciudadanía, también es ahora el mayor motivo de preocupación para los profesionales sanitarios. De hecho, los centros de salud jiennenses (la atención primaria juega ahora un papel primordial) han gestionado en los últimos días más de 200 posibles casos de Covid-19, algunos de ellos en niños y jóvenes. Y la Policía ha tenido que intervenir en algunos bares y terrazas que no respetaban el aforo estipulado en esta fase. “Todos debemos seguir haciendo un ejercicio de responsabilidad para evitar dar pasos atrás”, advirtió la subdelegada, Catalina Madueño.
Y mientras sigue la batalla sanitaria, la economía provincial intenta resurgir a duras penas de sus cenizas. De momento, ya se sabe que los ERTE afectan a 29.564 jiennenses, a los que hay que añadir varias miles más de personas que han quedado sin empleo o sin ninguna prestación. La emergencia social ya da la cara. Y hay otros datos que revelan que, pese a la adversidad, la vida sigue su curso. En la capital, por ejemplo, se han registrado en los últimos dos meses 55 nacimientos y se han dado 70 nuevas altas en el padrón. Son los jiennenses de la era post-coronavirus.
