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Sevilla

Asenjo enfría las expectativas de procesiones en septiembre

El Arzobispo asegura en una carta que "no deberíamos aceptar que propuestas fuera de lugar en este momento nos desviaran de nuestras prioridades"

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  • Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla. -

El Arzobispo de Sevilla ha dirigido una carta a todos los sacerdotes y religiosos de la Archidiócesis en la que les agradece el esfuerzo que están haciendo para llevar la Eucaristía, meditaciones y catequesis a los fieles a través de sus perfiles en redes sociales. Juan José Asenjo alude a la situación actual, que califica como calamitosa y previsiblemente larga, y confía que, en el plano espiritual, pueda ser “un acontecimiento de gracia, que nos ayude a todos a convertirnos, a centrar nuestra vida en el Señor, a fortalecer nuestra caridad pastoral y a vivir fiel y santamente nuestro ministerio”.

Les pide a los sacerdotes que en esta coyuntura se centren en “lo fundamental”, sin desviarse de “nuestras verdaderas prioridades” y alude directamente, según ha adelantado la Cadena Ser, a la posibilidad abierta por el Vaticano de celebrar procesiones en el mes de septiembre: "Aceptando cordialmente las disposiciones de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, no deberíamos aceptar que propuestas y presiones fuera de lugar en este momento, en el que debemos dedicar todas nuestras energías a lo fundamental, nos desviaran de nuestras verdaderas prioridades. Son centenares los muertos, es ingente el dolor de los padres que mueren en los hospitales sin el aliento de sus hijos, la sociedad confinada, la ansiedad de los médicos sobrepasados de trabajo y con escasos medios". “Ahora –añade- es momento de enterrar a los muertos, de rezar por ellos, de encomendar a los enfermos, servir a los pobres, ofrecer los medios materiales modestos que tenemos poniéndolos a disposición de las autoridades sanitarias…”. 

Monseñor Asenjo va más allá, y dirige su mirada al día después, “cuando el Señor nos libere de esta desgracia, con la economía hundida, el aumento previsible del paro y la pobreza”. Para entonces, pide a los sacerdotes y religiosos que “seamos responsables y centrémonos en lo esencial para seguir acompañando y sirviendo a nuestro pueblo y a cuantos van a quedar en las cunetas de la vida social”.

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