Pero en el sorteo efectuado antes del festejo, el papelillo con su número quedó en el interior del sombrero del mayoral, siendo el que le dejaron a Christian Valencia de la escuela de Algeciras, por ser el que actuaba en último lugar de esta clase práctica que cerraba el X Encuentro Andaluz de Escuelas de Tauromaquia.
De salida Christian lo lanceó con muchas ganas ganándole terrenos, siendo aplaudido. Realizó la suerte de banderillas colocando en el centro del anillo un primer par de poder a poder y otro junto a las tablas, pero el tercero y último sentado en una silla provocó una gran ovación al arriesgar dándole todas las ventajas al novillo.
La faena de muleta se la brindó al alcalde, Tomás Herrera, y la comenzó de rodillas junto a las tablas. Lo sacó al tercio y allí lo toreó con la derecha avisándole el de Ruiz Miguel un par de veces arrancándole en una de ellas el fajín, pero el joven alumno no se arrugó y sus muchas ansias de ganar la gloria y de triunfar hizo que siguiera en la cara del novillo sacándoles muletazos y naturales de calidad, pero el novillo le pegó una voltereta terrorífica quedando Christian inconsciente a merced del animal.
Se vivieron unos momentos trágicos con mujeres gritando en los tendidos debido al pánico reinante y ante la gravedad, numerosos profesionales vestidos de paisano saltaron al ruedo para socorrer al alumnos, entre ellos los maestros Diego Ramos El Merlo, Francisco Ruiz Miguel y Antonio Lozano, así como varios novilleros de la escuela de Algeciras y banderilleros profesionales entre ellos Álvaro Núñez.
Se procedió al traslado angustioso del novillero hasta la enfermería pero durante el trayecto, al percatarse el maestro Antonio Lozano que no respiraba, le abrió la boca y le pudo sacar la lengua en un quite prodigioso y vital. Ya en la enfermería, Christian recobró el conocimiento y la casta y raza de este novillero de la escuela de Algeciras, hizo que escasos minutos después saliera y estoqueara al novillo siéndole concedida una oreja, perdiendo la segunda al fallar con los aceros.
Tras la vuelta al ruedo pasó a la enfermería, siéndole curada una herida detrás de la oreja derecha, presentando diversos hematomas en la cara.
Juan Cervera
En segundo lugar del festejo, Juan Cervera de la escuela de Valencia al número 21 que le tocó en suerte, le enjaretó varias verónicas y dos medias con sabor a canela en rama, y con la muleta realizó el mejor y más artístico toreo de todo el ciclo con quietud, templanza, espaciosidad, temple, dominio y mando, estando además melodioso, sinfónico y artístico no exento de valor.
Una obra maestra la dejada en el albero de Las Palomas que hacerla mejor es casi imposible porque rozó y superó en momentos la belleza y lo más estético del toreo de la escuela del maestro de maestros Enrique Ponce. Se lidiaron reses de la ganadería de Ruiz Miguel muy bien presentadas, con kilos y dando un buen juego en líneas generales siendo aplaudidos en el arrastre varios de ellos, salvo el quinto y sexto que fueron los más dificultosos para los alumnos.
Hicieron el paseíllo además que los dos anteriores, Luis Olmo de la escuela de Baeza que obtuvo silencio; José Palma de Granada dos orejas; Cayetano Ortiz de la escuela del Campo de Gibraltar oreja; y Jesús Arroyo de San Fernando palmas a la voluntad. Cervera y Palma salieron a hombros por la puerta de Feria de Las Palomas.
Preocupación
EL FARO fue testigo de que muchas personas se interesaron telefónicamente por el estado de salud del novillero horas después del percance, entre ellos el alcalde de Algeciras. El novillero estuvo muy arropado por su profesor el maestro Diego Ramos, El Merlo; por su apoderado Juan Ortega, Polvarea; y por familiares de ambos. Pasó a su domicilio donde se recupera del percance.
