La concejala de Vivienda, Eva Tubío, la presidenta provincial de Cruz Roja, Rosario García y Paco Moreno, enfermero del centro de salud El Olivillo y miembro del grupo motor del Plan Local de Salud de la Viña, han presentado hoy el programa Bajemos a la Calle con el que se pretende romper el aislamiento social de unas 60 personas mayores residentes en el centro de la ciudad.
Eva Tubío ha explicado que esta iniciativa “es el ejemplo de muchos de los conceptos que defendemos desde el Equipo de Gobierno: cooperación, participación, y beneficio para la ciudadanía”. Tubío ha destacado que es una de las acciones recogidas en el perfil de salud del barrio de la Viña enmarcado dentro del Plan Local de Salud.
“Una de las preocupaciones que se pusieron durante el proceso participativo del perfil de salud fue el alto número de personas mayores, que pese a encontrarse medianamente en buenas condiciones de salud, no podían bajar a la calle debido a la falta de un ascensor en sus viviendas, porque carecían de una red de apoyo social o porque se sentían vulnerables”,
La concejala ha destacado que el Plan Local de Salud cuenta con un estudio realizado por el centro de salud de El Olivillo, en el que ha participado de forma activa el enfermero y miembro del grupo motor, Francisco Moreno, en el que se expone que en 2015 y 2016 se identificaron 116 personas mayores con posible confinamiento en el barrio. “De estas 116, más de la mitad son autónomas en sus domicilios pero permanecen confinadas incluso durante años por la imposibilidad de superar las barreras arquitectónicas”. Este encierro, ha añadido, “incide de forma directa en la pérdida de salud física, psicológica y social. No sólo en ellos, también en sus cuidadores”. Todo esto provoca que se encuentren en una situación de soledad que puede derivar en un aislamiento social.
Este es el origen del convenio de colaboración que se ha establecido entre el Ayuntamiento de Cádiz y Cruz Roja gracias al cual han realizado este programa que permitirá bajar a las personas mayores a la calle para romper con el aislamiento social. Esta iniciativa, que comenzará como experiencia piloto en el centro de la ciudad, “contempla salidas bien a través del apoyo físico con personas que de seguridad y estabilidad a la persona mayor o bien a través de un scalamobil, indicada en aquellos casos en los que el deterioro físico no permite a la persona hacerlo por su propio pie”.
Además se han previsto varios tipo de salida, las que se programen con carácter quincenal o semanal con un duración entre 2 y 4 horas, las salidas extraordinarias para ir al centro de salud, celebraciones familiares o actividades en el barrio… y salidas en grupo.
La presidenta de Cruz Roja, Rosario García, ha destacado la labor que “siempre ha realizado esta entidad con las personas mayores a través de programas como el de ayuda a domicilio complementaria en el que los voluntarios facilitan la vuelta a las relaciones sociales de las personas mayores o a través de talleres como el de la memoria que realiza la organización”. García ha señalado que en el último año, se atendieron a más de 300 personas mayores en la ciudad de Cádiz.
Además de voluntarios, “Cruz Roja pondrá a disposición el dispostivo scalamobil que se adapta a todo tipo de escaleras y facilita la salida de las personas mayores o aquellas que se tengan la movilidad reducida a la calle”. El objetivo es que “entre todos podamos mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas de Cádiz”, ha añadido.
Rosario García ha asegurado que “aunque empecemos con un punto de partida de atención 60 personas en la zona de intramuros, somos ambiciosos y queremos crecer para llegar al máximo número de personas posibles”.
Por su parte, Paco Moreno, profesional sanitario del centro de salud El Olivillo y miembro del grupo motor La Viña, ha señalado que “muchas veces estamos acostumbrados a adaptarnos a las circunstancias del barrio que no caemos en las necesidades”. Moreno ha explicado que desde el centro de salud se realizó en 2015 un estudio sobre el número de personas mayores que, pese a tener un estado moderado de salud, no podían acudir al médico o bajar a la calle. “Comprobamos que además del alto número en un barrio como La Viña, con un 20% de la población envejecida, había personas que no bajaban a la calle desde hacía cuatro o cinco años”.
Moreno ha puesto de relieve que la imposibilidad de bajar a la calle y relacionarse, “no afectaba solo a su estado físico si no también al emocional, provocaba pérdida de relaciones sociales y familiares, un deterioro que también padecían las personas cuidadoras quienes también veían aumentar su sedentarismo y deteriorarse las relaciones sociales”.
Es por todo esto que este profesional sanitario se ha mostrado totalmente convencido de que “el programa Bajemos a la Calle va a influir muy positivamente en las personas mayores”.
El convenio establecido con Cruz Roja prevé una aportación municipal de 39.000 euros para poner en marcha esta experiencia piloto que tiene como objetivo primero sacar a unas 60 personas mayores al mes. Cruz Roja por su parte, llevará a cabo la detección y captación de personas en situación de confinamiento, realizará una valoración individual y selección de participantes. Una vez comprobado que se cumplen los requisitos demandados y que la salida es técnicamente posible, se incorporará la persona al programa acordando día y horario de las salidas y, si es necesario, el apoyo de una persona voluntaria. Para ello Cruz Roja podrá contar con personas voluntarias para tareas de refuerzo y acompañamiento.