El tiempo en: El Condado
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Ronda

Benalauría celebra su tradicional fiesta de Moros y Cristianos

a representación de este año ha tenido como novedad la colaboración del grupo de Tánger Dar Gnawa, que ha tocado y bailado su música espiritual

Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
  • Fiestas Benalauría.

La recreación de Benalauría cerro ayer sus fiestas que se han celebrado desde el jueves día 2 hasta el domingo 5, con la tradicional batalla entre Moros y Cristianos.

Los vecinos y turistas que  pasaron el domingo por el pueblo pudieron  disfrutar de un viaje a los años de 1499 a 1.501, cuando los musulmanes que permanecieron en la península tras la reconquista de Granada por parte de los Reyes Católicos se alzaron en armas al incumplirse las capitulaciones establecidas.

Este hechos de hace ocho siglos sirven para entender la peculiaridades culturales y paisajísticas del Valle del Genal.

Los vecinos del pueblo interpretan hechos históricos como fue el cautiverio de Santo Domingo de Guzmán por parte de los moros y su posterior liberación.

La representación de este año ha tenido como novedad la colaboración del grupo de Tánger Dar Gnawa, que ha tocado y bailado su música espiritual en algunos pasajes del evento.

Entre los efectivos moros, se han visto caras conocidas de Ronda, como la alcaldesa Teresa Valdenebro, o Salvador Carrasco.

  El cronista del pueblo José Antonio Castillo explicó que la trama de la representación de Moros y Cristianos consiste, en primer lugar, en que los moros llegan a Benalauría con la intención de reconquistar el pueblo y, tras la negativa del alcalde a entregarles la villa, éstos capturan a Santo Domingo de Guzmán, patrón del municipio. En la segunda parte de la obra se interpreta la llegada de las milicias cristianas desde otros puntos de Andalucía para vencer a los moros, que después de caer derrotados deben acatar nuevas capitulaciones, como la de tener la posibilidad de seguir trabajando sus tierras y conservar sus bienes, e incluso sus costumbres, siempre que se conviertan al cristianismo. Aquellos que no aceptan esta condición deben abandonar Benalauría y marcharse pacíficamente.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN