Artículo septiembre el mes en defensa de la salud
Décadas lleva este territorio quejándose del progresivo deterioro del sistema público de salud. Décadas, en las que las compañías aseguradoras privadas han ido haciendo el agosto, a fuerza de aprovechar la extrema necesidad de familias que han ido viendo como sus necesidades en materia de salud no han sido atendidas por la sanidad pública. Y es que, en esto de la salud, la respuesta a su ausencia debe ser inmediata. ¿Preocupa algo más que ella? Sin la salud todo, absolutamente todo, carece de interés. Las personas pierden la salud y sobre todo el ánimo para afrontar sus responsabilidades y el conjunto social, que la envuelve, se resiente. Padres y madres, impelidos por su deber de proteger a su prole, hijos e hijas que cuidan a sus mayores, tienen que endeudarse para conseguir la tarjeta sanitaria privada que al menos le da la seguridad de que pedir una simple cita es posible, siendo la espera en ser atendidos casi nula.
¿Por qué las empresas privadas, dedicadas a la salud, pueden atender “tan bien” a sus clientes? ¿Por qué los protocolos que utilizan no se transfieren a la sanidad pública? Posiblemente mucho tenga que ver el dinero que se dedica a pagar al personal sanitario. Y es cuestión de números, sólo de eso. Porque si en la sanidad pública las plantillas de especialistas estuvieran completas, si además se reforzaran cuando es preciso, si los establecimientos y equipamientos sanitarios estuvieran a pleno rendimiento y en perfecto estado de limpieza y mantenimiento, otro gallo cantara. Y quienes se preguntan por el destino de tanto impuesto recaudado no acaban de comprender por qué la primera necesidad social, sin discusión, se desatiende de esta forma. Dineros se gastan las administraciones en muchos asuntos. ¿No es este de la salud, el primero y más urgente? Parece que la respuesta es NO, por la fuerza de los hechos, para el Servicio Andaluz de Salud, para la Junta de Andalucía, para el PSOE andaluz, que lleva gobernando 35 años esta tierra y que no sólo no ha mejorada lo que heredó de la época franquista, sino que ha permitido su deterioro por abandono. Si parece una afirmación excesivamente exagerada, baste comprobar en términos relativos lo que recaudaba el estado autoritario en la década de los años 70 y que recauda la actual administración, para establecer el porcentaje de recursos que se dedicaban y ahora se dedican a la salud. La regla de tres que fácilmente se puede aplicar dará como resultante que en esta tierra tendríamos que disponer de al menos de tres grandes hospitales completos y que en cada población debería funcionar un centro de salud para cada 3000 personas residentes.
Por ello tiene sentido que los días 6 y 15 de septiembre, la ciudadanía campo gibraltareña, superando localismos, se manifieste. El día 6 en la Línea de la concepción a las 20 horas comenzando en el hospital municipal y en Algeciras el día 15 comenzando a las 19 horas en el hospital Punta Europa hasta el centro de Algeciras. En el mayo francés de 1968 se le decía a los manifestantes: ¡Pedís mucho, pedís demasiado! La ciudadanía parisina respondía: Lo exigimos TODO. En este caso con más vera porque le toca a salud.
Fdo. Rafael Fenoy Rico