La Audiencia de Málaga ha condenado a un hombre a tres años de prisión por obligar a su pareja a ejercer la prostitución, bajo el control de su hermana, que también ha sido condenada, en este caso a un año de cárcel. Además, se considera probado que el acusado pegó dos veces a la víctima porque decía que había ganado poco dinero.
Según se declara probado en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el acusado, nacido en Rumanía, conoció allí en octubre de 2014 a la mujer y comenzaron una relación sentimental. En mayo de 2015, ambos se trasladaron a España y estuvieron conviviendo en Torremolinos (Málaga).
El acusado, señala la resolución, "obligó a su pareja sentimental a ejercer la prostitución" en un polígono de Málaga capital, hasta donde iba acompañada por la otra acusada y hermana del hombre, "quien la controlaba" y le decía "los clientes con los que se tenía que ir, los servicios que tenía que prestar y el precio de los mismos".
El dinero que ganaba la víctima, señala la Sala, era entregado íntegramente al hombre y cuando ella le decía que no quería prostituirse, el acusado "le amenazaba con hacerle daño a ella y a su familia, llegando a quitarle su documentación y quemarla para que no se pudiera marchar".
Asimismo, se declara probado que durante el tiempo que duró la relación, el acusado "agredió físicamente al menos en dos ocasiones" a la mujer en el domicilio en común. En la primera, "llegó a herirla en la pierna con un cuchillo y a golpearla en la espalda con un cable porque ella sólo había ganado 20 euros ese día".
La segunda vez fue también en el domicilio y le golpeó con la mano en la cara y en el costado, provocándole un hematoma en el ojo. A pesar de que en esta ocasión ella le entregó 200 euros a la vuelta del trabajo, a él "le pareció igualmente insuficiente", según se indica en la sentencia.
Por estos hechos, se condena al hombre por un delito relativo a la prostitución a la pena de dos años de prisión y multa de 3.600 euros y por dos delitos de lesiones leves, a la pena de un año de cárcel en total. Además, no podrá comunicarse con la víctima ni acercarse a ella a menos de 500 metros durante diez años.
En cuanto a la otra acusada, se le condena a un año de cárcel y multa de 1.080 euros como cómplice de un delito relativo a la prostitución. También se le impone la prohibición de acercarse o comunicar con la víctima, en este caso durante cinco años.
En cuanto a la indemnización, a él se le impone el pago de 10.000 euros y a ella, de 5.000 euros. La sentencia se dicta con la conformidad expresada por los procesados con los hechos por los que le acusaba el fiscal, que modificó las penas solicitadas.