El presidente de la comisión gestora del PSOE, Javier Fernández, ha afirmado este martes que "todo el mundo" sabe que si se convocan unas terceras elecciones el PP sacará un mejor resultado, sobre todo si el PSOE llega a ellas como culpable de que se celebren.
En una entrevista en la Cadena Ser, Fernández ha admitido que su posición, que ya había expresado en un Comité Federal del PSOE, es que Mariano Rajoy debía buscarse "fuera" los acuerdos necesarios para gobernar, pero que el PSOE no debía ir tan lejos en su rechazo como para no poder rectificar, porque "peor que un gobierno en minoría de Rajoy es un gobierno en mayoría".
PRIMARIAS PARA EL CANDIDATO
Si finalmente hubiese terceras elecciones, ha dicho no saber quién es el candidato "potente" al que se ha referido el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page --"a mí no me ha dicho nada", ha señalado--. Eso sí, ha dejado claro que en ese caso habrá primarias para elegir al cabeza de cartel.
En todo caso, ha insistido en que, como presidente de la gestora, él no quiere manifestar su opinión sobre qué debe hacer el PSOE para no condicionar el Comité Federal del partido que deberá tomar la decisión de si abstenerse o no para que gobierne Mariano Rajoy.
Según ha dicho, aunque es evidente éste debe convocarse antes del 31 de octubre --fecha en que se disolverán las Cortes si no hay Gobierno-- esperará "un cierto tiempo para ver cuáles son las mejores condiciones para convocarlo". Y ha dejado claro que se convocará independientemente de que Rajoy haga o no algún movimiento, aunque los socialistas quieren saber qué planes tiene el PP.
En opinión de Fernández, para cualquier partido lo primero siempre debe ser España, pero "también hay que preocuparse por la supervivencia y por la coherencia del propio partido". A su modo de ver, en el PSOE ha faltado debate, entre los dirigentes y de estos con las bases, para decidir qué deben hacer.
"Ha habido una especie de espiral del silencio, condicionada seguramente porque las bases del partido están viendo una corrupción del PP que ha sido oceánica y no han asumido ninguna responsabilidad", ha analizado.
LA CORRUPCIÓN "OCEÁNICA" DEL PP GENERA "NATURAL REPUGNANCIA"
Fernández asume que esa corrupción "genera una natural repugnancia" no ya para acordar con el PP, sino incluso para permitirle que gobierne por ser el más votado, pero cree que los dirigentes están obligados a no pensar con "las tripas" y a plantear a los militantes un debate racional sobre las distintas opciones.
A su modo de ver, el PSOE no puede pactar con Podemos y los independentistas para gobernar España, y mucho menos cuando estos están en un "planteamiento insurreccional" para "romper España". El Gobierno de España, ha dicho, es distinto de los autonómicos, porque las competencias autonómicas están relacionadas con los servicios públicos y no interfieren en la cuestión de la soberanía.
En cuanto a la posibilidad de un Gobierno del PSOE apoyado por Podemos y Ciudadanos, cree que podía intentarse, pero estos dos partidos lo rechazaron, así que seguir defendiéndolo requería "explicaciones que no las puede dar ni Groucho". "En política lo que no es posible es falso", ha zanjado.
Fernández ha planteado también como hipótesis teórica de gobierno que el PNV dé su apoyo a Rajoy. Si ninguna es posible, ha proseguido, queda que el PSOE se plantee permitir el gobierno de la lista más votada o ir a elecciones "y tiene que plantearse cuál de las dos soluciones es menos mala para el PSOE y para España".
NO ES UN DEBATE IDEOLÓGICO, ES POLÍTICO Y TÁCTICO
Ese debate, ha insistido, no es "ideológico en absoluto", sino de político y de táctica, porque lo ideológico tiene que ver más bien con el mercado laboral, la fiscalidad, la educación o el servicio publico de la sanidad.
El presidente asturiano no descarta que finalmente la decisión la ratifiquen las bases del partido, si alguien lo pide en el Comité Federal y éste lo aprueba, pero ha advertido de que los líderes son elegidos para tomar decisiones, y "liderar no es seguir": "No podemos remitir la responsabilidad, cuando llegue, permanentemente a las bases, ahora bien, es necesario hablar con ellas".
De hecho, cree que nuo de los problemas del PSOE es que se ha "podemizado", en el sentido de que un partido con una cultura propia y con 140 años de historia ahora pretende tomar sus decisiones de la misma forma en que lo hace una organización "que acaba de nacer" en una coyuntura determinada y que convierte la indignación en política.
"TENEMOS QUE PARECERNOS A NOSOTROS MISMOS"
Por eso, cree que el PSOE debe mejorar su forma de tomar decisiones y "cambiar el modelo de partido". Ese problema, ha admitido, ya estana ahí antes de la "explosión interna" que sacudió al partido la semana pasada y que en parte tiene que ver con la irrupción de Podemos. "Nosotros somos otra cosa y hay que demostrarlo en las instituciones ahora que Podemos ha pasado de ser guerrilla a tropa regular. No tenemos que parecernos a nadie que no seamos nosotros mismos", ha insistido.
Eso sí, espera que esa "explosión interna" sirva para que los socialistas se den cuenta de que han llevado la tensión a "extremos absolutamente insoportables".
De cara al futuro, también asume que el PSOE es "un partido de mayorías y el día en que deje de serlo ya no será el PSOE", es decir, no puede pretender "hegemonizare la izquierda" si es pagando el precio de dejar de ser alternativa de gobierno.
Por eso, está de acuerdo en que el PSOE tiene que volver a atraer a las clases medias y profesionales, que además se están "proletarizando" y necesitan una solución. "El PSOE es socialista, es obrero y es federal pero tiene que contar con toda la gente que no es ni obrero, ni socialista ni federal", ha resumido.
NI ÉL NI DÍAZ, MANDAN "LOS MILITANTES"
Preguntado si en el PSOE ahora manda él o la presidenta andaluza, Susana Díaz, ha respondido que "ninguno de los dos", sino que "mandan los militantes". Así, aunque ha dejado claro que él asume la responsabilidad que le toca como presidente de la gestora, ha dejado claro que ésta es solamente eso, ni siquiera una "comisión política".
También ha relatado que este lunes intentó hablar con el recién dimitido secretario general, Pedro Sánchez, para saber "si necesitaba algo" o tenía algo que decirle, pero le encontró comunicando y no pudo hablar con él.