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Una caída en plaza Aladro acabará en una doble reclamación

Tras acudir a urgencias en el Hospital, recurrió a una clínica privada en la que le detectaron una fractura en el brazo derecho

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  • Muestra sus heridas -
  • Las argollas inutilizadas de una pletina lo tiraron al suelo

Manuel Bellido tiene 75 años. El pasado jueves se dirigía al centro para abonar un recibo pasadas las ocho de la mañana. Cuando atravesaba una de las aceras de la plaza Aladro tropezó con la argolla de una pletina anclada al suelo y sufrió una caída de graves consecuencias. “Puse el brazo derecho para evitar caer de frente sobre un árbol que había delante, y terminé cayendo sobre el lado izquierdo del cuerpo y golpeándome en la cara”. Asegura que lo siguiente que recuerda es que estaba en una oficina, ya que con el golpe y las heridas se encontraba desorientado. “Un señor que estaba en su coche vino a socorrerme y también la chica de la oficina. Creo que uno de ellos llamaría a la ambulancia y a la Policía, que hizo fotos del lugar donde me caí para el acta”, comenta.
La ambulancia llegó pasadas las nueve de la mañana y lo trasladaron a urgencias del Hospital, donde estuvo atendido hasta las diez y media. Durante ese tiempo fue atendido por una doctora encargada de explorarle y posteriormente fue derivado a una sala de curas por las heridas superficiales que presentaba en la mano izquierda y donde también le vendaron el brazo derecho, ya que, tras observar la radiografía que le realizaron, no presentaba “lesiones óseas agudas”, según el parte médico, y sí los efectos de un hematoma.
Sin embargo, el malestar de Manuel por la caída no acabó ahí. Al día siguiente acudió a la clínica de la compañía privada a la que pertenece a que le revisaran las heridas. “Mi médico se alarmó nada más ver la cura y el destrozo que llevaba en la mano izquierda” -aún tiene que ir a diario a hacerse curas en la misma-, “pero es que cuando vio la radiografía que llevaba comprobó que tenía el brazo derecho fracturado, e incluso me hicieron un TAC por si había fractura en el pómulo”.
Ahora tiene el brazo escayolado y la inflamación del pómulo va a menos, pero tiene decidido que presentará una doble reclamación por lo ocurrido. Una, ante el Hospital, por no haberle detectado la gravedad de las heridas producidas, y otra contra el Ayuntamiento por el estado de la pletina que le provocó la caída.

Unas argollas sin función actual

Una de las argollas de una pletina provocaron la caída de Manuel. Dichas argollas están ya sin uso, puesto que la pletina ha sido soldada al suelo en sustitución del candado que la clausuraba.

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