“Llevo aquí veinte años y es la primera vez que lo veo todo tan limpio; hoy se ha quitado todo el mundo de en medio”. El portero de los bloques de pisos de la calle Manuel de la Quintana se refería así ayer al mediodía a la estampida de vehículos que registraba esta vía, perpendicular a la avenida Álvaro Domecq, completamente desierta a excepción de varios turismos. Una estampa que se repetía a pocos metros, en calle Paúl, y en la Plaza de Toros, y que se sucedía en otros espacios similares como la calle Clavel, junto a la barriada de España, tras entrar en vigor el primer lote de casi 800 nuevas plazas de aparcamiento regulado, ORA, que obliga a pagar por estacionar el coche. El otro millar lo hará en breve en el entorno de San Mateo y San Miguel.
Los vecinos tampoco pasaban por alto el aspecto inusual que presentaba su calle, en la que ahora tendrán plaza garantizada siempre, aunque previo pago de la tarjeta de residente. “Creo que a alguno le va a venir hasta bien porque por 30 euros al año (la tarjeta cuesta exactamente 28,50 euros), van a tener aparcamiento, y hasta ahora estaba muy complicado”. Sea como fuere, el sentimiento generalizado de cabreo de los conductores se puso ayer de manifiesto dando plantón a las nuevas zonas de aparcamiento, para lo cual más de uno tuvo que levantarse antes de la cuenta para buscarse un plan B. Es el caso de Tania, dependienta de una tienda del centro. “Es vergonzoso. ¿Así piensan fomentar el centro?Encima para la gente que trabajamos aquí nos va a costar el dinero ir a trabajar. Hoy de momento me he venido 45 minutos antes para aparcar y aún así he tenido que dar varias vueltas”.
En el entorno de la Plaza de Toros, los comentarios iban en esta misma línea. “Yo tengo dos plazas de garaje pero conozco a muchas madres del colegio de mi hija que ya están buscando plazas para alquilarlas porque trabajan en el centro y solían aparcar aquí”, relata Patricia, vecina de una urbanización de esta zona. También ayer el casco urbano estrenaba la zona verde, de baja rotación, que permite estacionar un máximo de cinco horas ininterrumpidas por 2,55 euros, y la respuesta fue idéntica a la azul. Bastaba con ir a cualquiera de las vías donde se ha optado por esta nueva modalidad de estacionamiento regulado, como la calle Fermín Aranda, junto a la avenida, donde hasta ahora era verdaderamente complicado encontrar hueco para dejar el coche. ¿Cuánto durará esta estampida?¿Cómo afectará a las ventas de los comercios del centro y de las zonas que han sido objeto de esta ampliación?
“Un problema del PP”
Mientras arrecian las críticas, el Ayuntamiento se apresuraba a dejar claro que esta medida fue adoptada por el anterior Gobierno municipal del PP y que prácticamente “se ha visto obligados” a acatarla. En este sentido, en un comunicado, desde el Gobierno local socialista aseguraron que romper el contrato firmado por el Gobierno de García-Pelayo tendría un coste para el Ayuntamiento de entre 5.5 a 8 millones de euros después de que los populares adjudicaran a la empresa concesionaria Setex-Aparki la explotación de la Zona ORA en 2014.
El Gobierno local recuerda que “por responsabilidad institucional ha sido imposible romper este contrato, ya que el Ayuntamiento no tiene capacidad económica para afrontar estos costes máxima si tenemos en cuenta que estamos inmersos en un Plan de Ajuste y fiscalizados por el Ministerio de Hacienda”.
El Gobierno municipal explica que “los 4.2 millones de euros del canon del ORA ya se lo gastaron antes de las elecciones municipales de 2015. Por tanto, romper el contrato que firmó García-Pelayo supondría, no sólo un quebranto económico inasumible para el Ayuntamiento, sino que además tendríamos que utilizar el dinero de partidas que no se pueden recortar, como son los gastos sociales. El PP y María José García-Pelayo metieron a la ciudad en este problema del ORA y ellos deben dar explicaciones a los ciudadanos”, sentencian.
