Hay más polémicas que realidades en el proyecto del playacan en Camposoto. Además de que donde se pretende colocar está tan lejos de la zona habitual de baños -en realidad aquella es una zona de paseo- que ya hay que tener ganar de ir hasta allí con la mascota (léase perros y perras en el lenguaje político porque como lleven animales de todo tipo se puede armar la de Troya), hay que tener ganas de andar.
Quitando los más que probables roces entre perros por el sendero -que no es una autovía- y los que pueda haber en la zona acotada, amén de la vigilancia que hay que poner para que los dueños de los perros cumplan cristianamente con su obligación de limpiar que deje el paquete del animal en plena arena, por ahora sólo hay una petición de cambio en el plan de uso de la playa y algunas reuniones del Ayuntamiento con la Junta de Andalucía.
Lo de la vigilancia para que los dueños recojan las deposiciones no es sólo por un motivo de higiene, sino también de orden público si al final los que cumplen escrupulosamente con sus obligaciones terminan en una batalla campal con los que no las cumplen. Y se trata de algo irracionalmente posible.
Pero a lo que íbamos y lo decía este sábado el consejero de Medio Ambiente en una visita a La Isla. La Consejería conoce el proyecto, no lo ve mal pero ya ha remitido al Ayuntamiento una serie de recomendaciones que tiene que cumplir.
Otros permisos
No son las únicas. Tiene que cumplir con las de la Consejería de Salud, que es la que va a tener que lidiar con todos inconvenientes. Se sabe que hay zonas acotadas para mascotas en otras playas; que existe una ley que las prohíbe pero que las permite en determinados casos y que otras se han cerrado rápidamente por todo lo que se comenta en párrafos anteriores. O sea, por las peleas. No sólo de los animales.
El consejero, que se llama José Fiscal, no lo ve mal pero tampoco se volvió loco de contento hablando del proyecto. Más bien habló como hablan los políticos y los que no son políticos para no dejar en evidencia a un compañero que tiene justo a su lado. En este caso una compañera.
Esto es, que estuvo tan convincente como con el tema de la remodelación de los accesos a la playa, que también se considera un proyecto bueno para la ciudad y muy demandado por la peligrosidad actual. Pero Costas no se ha pronunciado todavía. Aunque hay elecciones.
Mientras tanto, el Gobierno municipal sigue manteniendo las expectativas de los dueños de mascotas en la misma medida que la exasperación de quienes se oponen y ya ha dado a conocer dónde se ubicará la zona acotada. Con mapa incluido.
Salga o no salga el proyecto adelante, lo claro es que el equipo de gobierno va a quedar bien con todos una vez que los detractores se olviden del disgusto que están manifestando a través de las redes sociales.
La promesa electoral de los socialistas se ha puesto en marcha y si no se cumple es porque las autoridades medioambientales o sanitarias no lo permiten. O porque una vez en marcha se considere inviable. Y todo eso suma en el grado de cumplimiento del programa.