Raúl García, primer talento español, y posiblemente europeo, que trabajó en Disney, se ha reconvertido en un explorador del cine de animación con "Extraordinary Tales", una cinta en la que homenajea a Allan Poe y con la que estira las fronteras del mundo de los dibujos animados.
Las abre a otros públicos, más allá del infantil y el familiar; a otros géneros, como el del terror psicológico; y a otros estilos y técnicas plásticas, como la papiroflexia.
"Es un trabajo de exploración", dice este animador en una entrevista con Efe en Puerto Real, donde esta semana ofrece un curso en la Escuela de Cine de la Universidad de Cádiz.
"Yo soy un autodidacta, siempre he sufrido un estado de perpetua duda. Por eso ahora me gusta escribir libros sobre animación y dar clases, es como una deuda que tengo", explica.
Para sus estudiantes es, posiblemente, como encontrarse con un héroe de carne y hueso.
Y no es para menos porque Raúl García, que a los 8 años ya quería invertir sus ahorros en un monumento a Walt Disney, fue fichado a principios de los noventa por la factoría reina de la animación, para la que ha trabajado en películas como "Aladdin", "Pocahontas" o "El Rey León".
Se marchó de Disney cuando dejó de sentirse "un creativo" y empezó a verse "como una rueda en el engranaje de una industria", cuenta.
De ahí dio un salto que le llevó, entre otros proyectos, a codirigir "El lince perdido", Goya a la mejor película de animación en 2008.
Este pasado otoño estrenó en EEUU su segundo largometraje, "Extraordinary Tales", un proyecto que lleva en mente desde hace veinte años y en el que pone a Edgar Allan Poe y a la muerte a hablar en un cementerio.
Este escenario es "un mundo de recortables" diseñado por Jack Mircala, un auténtico maestro de la papiroflexia cuyo trabajo en esta cinta ha sido recogido en un libro "para dejar testimonio de su arte, para que no pasara desapercibido".
En ese cementerio, Allan Poe y la muerte se cuentan historias para convencerse el uno al otro.
Son en realidad cinco cuentos de Poe -"El pozo y el péndulo", "El Cuervo", "La caída de la casa Usher", "El corazón delator" y "La verdad sobre el caso del señor Valdemar"-, que Raúl García ha recreado jugando con estilos y técnicas distintos y haciendo homenajes a todas sus referencias artísticas.
"Extraordinary Tales", llena de sorpresas, como la voz del "Drácula" Béla Lugosi que extrajo de una grabación inédita que encontró, zambulle el mundo de la animación en el terror psicológico.
"Se habla de la animación como género, cuando es una técnica para contar historias de todo tipo", dice el director, que señala que Japón es el único país del mundo en el que está asumido que este cine puede contar "desde dramas a tramas eróticas" y en el que estas cintas no se dirigen sólo a público infantil o familiar o a "adultos gamberros".
Para él, Edgar Alan Poe ha sido "una excusa perfecta para ver hasta dónde podíamos llegar y explorar otras formas, también a nivel plástico".
"La animación en 3D siempre sigue el mismo estilo. Este año será récord, se van a estrenar 41 películas de animación y todas son parecidas. Es como si a un pintor le das un lápiz, y no otras herramientas como el óleo, las acuarelas, el collage", apunta.
Después de estrenar películas de Disney, Raúl García distribuye esta cinta, que ya se proyecta en varios museos de EEUU como "un clásico de culto, de arte y ensayo", "por la puerta de atrás", en un camino muy diferente en el que por ejemplo, se topa con dificultades burocráticas para distribuirla en España, donde sólo ha sido vista en algún festival.
Le gustaría que se estrenara para que así los españoles que han trabajado en ella tuvieran la satisfacción de poder competir en los Goya.
"Hay un 'boom' mundial de la animación, y no hay película en la que no haya un español en el equipo: El talento existe, pero se tiene que ir fuera, porque aquí el problema es que no hay tejido industrial para que florezca y se mantenga", afirma García, que sigue viviendo en Los Ángeles aunque sus proyectos son de allá donde encuentran financiación.
"La animación atraviesa una época de bonanza, pero sigo pensando que los que nos dedicamos a estos somos francotiradores", dice este animador que ha empleado nueve años en sacar adelante "Extraordinary Tales", una película hecha con "mucho amor".
Y no sólo de él, sino de otros muchos que han prestado su técnica o su voz, porque, además de Béla Lugosi, en las narraciones de los cuentos intervienen Benicio del Toro, Stephen Hughes, Julian Sands y Christopher Lee (en el que sería su último trabajo antes de morir).
