El prisionero de más edad en el pabellón de la muerte en Georgia (EEUU), Brandon Astor Jones, de 72 años, fue ejecutado este miércoles con una inyección letal, tras varios intentos de su equipo legal por detener o posponer el cumplimiento de la pena de muerte.
La ejecución de Jones, condenado por el asesinato de un trabajador de una gasolinera en 1979, estaba prevista para las 19.00 hora local (23.00 GMT) del martes en la prisión estatal de Jackson (Georgia), pero se postergó hasta las 00.46 (4.46 GMT) del miércoles.
Los abogados de Jones interpusieron sin éxito una acción de último minuto ante el Supremo de EEUU para pedir que se detuviera la ejecución al considerar la condena "desproporcionada" y cuestionaron la política de "secretismo" de las drogas utilizadas en la inyección letal.
La Junta de Libertad Condicional de Georgia, única entidad en el estado con la potestad de otorgar clemencia a un condenado a la pena de muerte, denegó el lunes la petición de clemencia.
Jones permaneció casi 37 años en el pabellón de la muerte tras ser condenado a la pena capital por la muerte en 1979 de Roger Tackett, quien fue asesinado mientras trabajaba como administrador de una estación de gasolina en el condado Cobb.
Jones y quien era su jefe en una empresa de pintura, Van Roosvelt Solomon, planearon robar en la gasolinera Tenneco en la que trabajaba Tackett, que tenía 35 años, según las autoridades.
Van Roosvelt también fue condenado a la pena de muerte por el crimen y ejecutado en la silla eléctrica el 20 de febrero de 1985.
Un juez federal ordenó en 1989 que se llevara un nuevo juicio para Jones, quien fue condenado de nuevo a la pena capital en 1997.
Jones declinó escoger su última cena y en su lugar, se le sirvió el menú reservado para el resto de los reos compuesto de pollo, arroz, fríjoles, pan de maíz, vegetales y jugo de frutas, de acuerdo con el Departamento de Correcciones de Georgia.
Georgia ejecutó a 5 de los 28 reos que sufrieron esa suerte en EEUU en 2015, entre los cuales figuraba la primer mujer ejecutada en siete décadas en el estado, de acuerdo con cifras del Centro de Información sobre la Pena Capital (DPIC).
Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos restableció la pena capital en 1973, han sido ejecutados 60 hombres y una mujer en Georgia y Jones fue el número 38 en morir por inyección letal.