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Ronda

A toda máquina para coser las 250 nuevas túnicas del Huerto

Entre 30 y 40 personas, casi todas mujeres, se reúnen cada tarde desde hace dos semana para coser a toda prisa las nuevas túnicas para la procesión del Lunes Santo, tras el incendio en el Huerto

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Si durante muchas horas no dejaron de revolotear todo tipo de temores en el entorno de Los Descalzos, el paso de los días ha evidenciado que el esfuerzo colectivo todo lo puede. La hermandad del Huerto no faltará, pese a todo, a su cita con el Lunes Santo. Queda justo un mes.

Entre las cuatro de la tarde y las ocho o las nueve, incluidos el pasado y este fin de semana, el Centro de Mayores de Ronda se ha convertido en un taller cofrade impulsado por la fuerza de una treintena de corazones solidarios, la mayor parte de ellos femeninos, que cosen sin parar, a toda máquina, para que todo esté dispuesto. Hacen falta 250 túnicas: “Lo cierto es que teníamos algunas menos, pero estamos teniendo nuevos hermanos que, solidariamente, se están uniendo a nosotros”. Nos lo cuenta José Luis Gamarro, el hermano mayor del Huerto, a quien le parece mentira que ya estén acabados todos los antifaces, escudos incluidos, y buena parte de las túnicas. Como en una fábrica: hay quien cose escudos; quien va cosiendo las mangas a la pieza principal de la futura túnica; quien plancha las que ya están acabadas. Mayores, y también jóvenes. Hermanas del Huerto; y del Santo Entierro o La Columna; unas costureras arriateñas...: “Estamos sorprendidos por la enorme generosidad de todas estas personas”, afirma el hermano mayor.

El Ayuntamiento, que ayudó a remozar la Casa de Hermandad y compró las nuevas telas para las túnicas, cedió también el espacio. El taller es un no parar cada tarde.

“Estábamos tomando café cuando nos enteramos que se había quemado la casa de Hermandad, y dijimos a uno de los hermanos que aquí estábamos para lo que hiciera falta. Y nos dijeron que nos pusiéramos al frente de este gran proyecto”, cuenta Mariví Alberca, que coordina a todas las mujeres. “Tengo una pequeña empresa, y por las tardes no abro, así que decidí venirme a echar una mano”, relata por su parte, tras una máquina de color blanco que no deja de dar puntadas, Isabel Sthamar, vecina de Arriate, que tiene un taller de costura y quiso sumarse a este proyecto.

Y llamarán la atención el Lunes Santo los colores. El fucsia es más granate que fucsia; el verde es más esmeralda: “Eran las telas que había; tintar las cantidades que necesitábamos requería unos 20 días, tiempo del que no disponíamos. Sin perder nuestros colores, hemos elegido tonalidades mucho más fáciles de encontrar”, se despide Gamarro.

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