El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, lamentó ayer que “no todo el mundo haya aprendido la lección” del genocidio judío y que, mientras los israelíes honran la memoria de las víctimas, el encuentro de Ginebra “tenga como invitado de honor a un racista negacionista del Holocausto, que no esconde sus intenciones de borrar a Israel de la faz de la Tierra”.
La indignación del Estado judío por la acogida a Ahmadineyad en Suiza ha llegado al punto de llamar a consultas a su embajador en Berna en protesta por el encuentro del presidente iraní con su homólogo suizo, Hans-Rudolph Mez.
El Ministerio israelí de Exteriores condenó el encuentro entre los dos jefes de estado, que “no está de acuerdo con los valores que representa Suiza”, y también la reunión entre Ahmadineyad y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, que tachó de “desafortunada” y “especialmente grave” por tener lugar en la víspera del Día del Holocausto.