La familia de Marcos Carribero, el niño jerezano aquejado de una cardiopatía congénita por el que toda la ciudad se volcó para su operación en Boston (Estados Unidos) necesita ayuda para que su pequeño puede continuar con su tratamiento. Pese a su corta vida acumula más de 50 intervenciones y hace dos años el mismo traumatólogo del rey Juan Carlos, Ángel Villamor, se ofreció a correr con los gastos de una complicada intervención en uno de sus talones en el Hospital San José de Madrid para mejorar sus problemas de movilidad. Gracias a la solidaridad de este reconocido doctor, sus padres, que están en paro, tienen otra hija más mayor que Marcos y sólo perciben los poco más de 400 euros de la ayuda de dependencia por su hijo, sólo tuvieron que hacer frente al coste del material empleado en quirófano.
Ahora, después de casi dos años yendo a la capital una vez a la semana o dos al mes para revisar la evolución de su pie, sus progenitores han cerrado con éxito este episodio, pero han vuelto a abrir otro nuevo. Además de estos viajes que han costeado de su bolsillo llegando a pagar cada vez que iban 350 euros, ahora tienen que hacer frente a 15 sesiones -a 41 euros cada día- de neurocirugía que su hijo necesita en una clínica privada de Jerez, donde también recibe sesiones de fisioterapia en su pie. Esta rehabilitación sumada al coste de los tratamientos que debe realizar por su cardiopatía tiene asfixiada a la familia, que paga al mes más de 500 euros de alquiler en una vivienda con opción a compra en la que viven desde hace dos años cuando el banco se quedó con su casa.
No pueden más, pero tampoco quieren renunciar a los fármacos y las sesiones que requiere su hijo. Por esta razón, han enviado sendas cartas a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento para pedirles ayuda y facilidades para poder pagar su inmueble. De momento, la alcaldesa les recibe el 20 de noviembre, y una asistente social de la Junta revisará su caso el próximo 8 de octubre. Necesitan suerte.
150.000 euros de solidaridad
El caso de Marcos dio la vuelta al mundo cuando sus padres hicieron un llamamiento para poder viajar a Boston a operar a su pequeño a vida o muerte. Las donaciones de los jerezanos consiguieron 150.000 euros