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El Centro de Emergencia Social de Cruz Blanca, en mayo o junio

El Hermano Isidoro asegura que cada día se acercan más personas pidiendo ayuda

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  • El nuevo centro, hace unos meses, situado junto a la actual casa social. -
  • Será financiado por el Instituto Franciscano y por donativos de fuera de la comarca
El Hermano Isidoro, de los Hermanos franciscanos de Cruz Blanca, mostró ayer a este diario su satisfacción porque “el Centro de Emergencia Social San Vicente Paul, después de muchas vicisitudes, se podrá culminar a finales del próximo mes de mayo o mediados de junio”.

 El franciscano destacó que, el edificio, “ha sido financiado por el “Instituto Franciscano de Cruz Blanca y con donativos anónimos de fuera del Campo de Gibraltar, sin ningún tipo de financiación oficial”. A su conclusión, añadió, “quedará mucho dinero por pagar, que se abonará con la ayuda de los ciudadanos, mediante sus donativos”.

El Centro de Emergencia Social San Vicente de Paul consta de “dos plantas, destinadas a los dormitorios, nueve habitaciones con 18 camas, con sus correspondientes servicios, porque no queremos masificación; un amplio comedor para más de 40 personas, cocina muy amplia, con un gran frigorífico, lavandería y despensa”.

La planta “destinada a sala de estar y televisión es muy amplia, con capacidad para más de 50 personas”. Además, según el franciscano, “hay un sitio para que se queden los voluntarios, con seis habitaciones con cuartos de baños incorporados”.

En la planta baja, “se han adecuado tres salones que se destinarán a trabajos manuales, con los residentes y con las personas que vengan”, aseveró el fraile.

Por otra parte,  manifestó que el actual centro de Cruz Blanca está siendo muy demandado y “tenemos que dedicar más recursos a atender a las personas”, dado que, en los últimos tiempos, “hemos comprobado que hay muchísima necesidad y cada día viene más gente a nuestra casa por comida, en especial los sábados y domingos”.

Además, añadió, “tenemos que pagar el viaje a gente que viene de paso, con destino a distintas poblaciones de la provincia de Cádiz”. Son, añadió el franciscano, los que San Juan de Dios calificaba como pobres avergonzantes, porque siempre vienen cortados pidiendo leche, pañales y comida y nosotros tenemos que darles algo, porque, gracias a Dios podemos hacerlo”, ya que “cada quince días en un almacén de fruta de Barbate, llenamos la furgoneta”, concluyó.

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