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El papel de los medios y la Iglesia, a debate

La segunda jornada de la Semana de la Pobreza de Cáritas contó con la presencia de Juan Rubio, director de la revista Vida Nueva y su ponencia “Influencia de los medios de comunicación en la configuración del Nuevo Pensamiento”.

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En esta segunda jornada de la Semana de la Pobreza de Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez se ha contado con la presencia de Juan Rubio, director de la revista Vida Nueva y su ponencia “Influencia de los medios de comunicación en la configuración del Nuevo Pensamiento”.

Han acompañado en la mesa a Juan Rubio, Monseñor José Mazuelos, Obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez y Antonio López, delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez. 

El encargado de presentar al ponente ha sido Antonio López que, a su vez, ha querido destacar, en la línea del tema hoy planteado, que “es importante que la labor de la iglesia se pueda exponer en los medios de comunicación social para que la gente sepa cuál es”.

Por su parte, Juan Rubio, en primer lugar, ha afirmado que “la Iglesia ha tenido siempre como misión desde su fundación ser la gran difusora de la palabra,  comunicar esa palabra, que está en su propia naturaleza”. Sin embargo, ha añadido que “hoy tiene unas connotaciones distintas, ya que se mueve en una era diferente y en un planeta nuevo, que es el digital. En este mundo debemos seguir evangelizando y dando y proclamando la misma palabra de siempre”.

Asimismo, ha hecho referencia en este nuevo marco a que “hay un hombre nuevo, un perfil antropológico nuevo, que emerge a finales del siglo XX y principios del XXI y que está marcado profundamente por la comunicación, hasta tal punto que ya es una extensión de la misma” y ha añadido que “no podemos eludir ese gran mundo que es la red, que es Internet y que no es una herramienta, sino una nueva realidad. Un nuevo mundo en el que tenemos que evangelizar”. De hecho, ha querido añadir que “la Iglesia debe ser el hilo de Ariadna que nos saque del laberinto de la red, una sociedad que ha perdido la transcendencia, el tú que le da razón de ser al yo y que actúa en el nosotros”.

Y en relación a este nuevo perfil ha hablado de “los nativos digitales, un perfil de soledad, de incomunicación total, de no apreciar la belleza de la creación y de quedar encerrados frente a una pantalla”.  Ante ello, ha hecho hincapié en que “desde la Iglesia no podemos obviarlo, porque la comunicación nos está llevando a una nueva manera de entender al hombre, con sus nuevos rostros de pobreza, con profundas faltas de dialogo en la familia y ahí no podemos perder la oportunidad de anunciar el Evangelio, reinventando y proponiendo el mismo mensaje con nuevas formas”.

En cuanto a las ventajas de esta nueva comunicación, ha afirmado que se caracteriza por la “claridad, la aportación de conocimiento, la posibilidad de estar más cerca de los otros, y así acercarnos a predicar el evangelio.”

De este modo, en un momento de cambios, ha destacado que la Iglesia “debe hablar claro, ya que, si no hay comunicación hacia dentro difícilmente se podrá trabajar en la comunión y si no la hay hacia afuera, aumenta el bulo”. Ante ello, ha hablado de la “necesidad de un proyecto de comunicación en la Iglesia, como servicio eclesial que sea amante de la verdad, que siempre sirva para curar heridas y que proponga un camino nuevo y distinto“.

En relación a Caritas ha afirmado que “tiene que seguir siendo la voz de los sin voz. Dentro y fuera de la iglesia la comunicación tiene que estar al servicio de los más pobres, atendiendo a esos nuevos rostros de pobreza”.

En su intervención también ha hablado de la figura del Papa Francisco indicando que “su forma de hacer y decir las cosas no cambia la doctrina, sino que subraya algunos aspecto, es decir, llega un Papa que dice lo de siempre y es amplificado por el mundo de la comunicación de forma positiva”.

Mañana será el turno de la ponencia “Evangelio, Doctrina Social y Nuevas Políticas” de la mano de Monseñor Joan Enric Vives Sicilia, Arzobispo y Obispo de Urgell. En su intervención apostará por el nacimiento de una nueva ética, “basada en que el bien común es más importante que el bien individual”.

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