“Ni usted mismo se cree nada de lo que ha dicho”, advirtió Zapatero al portavoz del PNV, quien sonreía, sentado en su escaño, después de haberle lanzado muy duras acusaciones sobre la “mano calculadora e interesada del Gobierno” que ve oculta tras las actuaciones judiciales contra la izquierda abertzale y el PP.
Josu Erkoreka afirmó que durante la campaña electoral la “mano” calculadora del Gobierno ha permitido en el País Vasco “apartar” a los que obstaculizaban al PSE. Y por ello sobre esos comicios –añadió– “pesará siempre” la sospecha de que el Ejecutivo intentó “instrumentalizar” el Poder Judicial con fines electorales.
“Como la mujer del César, el Gobierno no sólo ha de ser honesto sino además ha de parecerlo”, sentenció.
Semejantes reproches no calaron en el ánimo de Zapatero, convencido de que Erkoreka simplemente estaba representando el papel que ahora le toca.
Una vez más volvió a elogiarlo como parlamentario y “persona seria”, le notó sin “convicción” y a renglón seguido invocó la independencia del Poder Judicial.
Luego atendió al líder del PP, Mariano Rajoy, que derivó su pregunta hacia la cuestión económica. “Nos está poniendo en una situación límite por su incompetencia”, dijo el dirigente del PP.
Un “cambio radical” en la política económica, e incluso en el seno del Gobierno, reclamó para salir de una situación que, enfatizó, “no puede aguantar mucho tiempo así”.
El presidente le reprochó que no ayude en una coyuntura de dimensiones mundiales e históricas y se refirió a los problemas que padecen otros países.
Como Rajoy no había sacado pecho por el resultado del PP en Galicia lo ha hecho su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, al recordar en su pregunta que los gallegos “han sido los primeros en decir sí al cambio”, anticipándose a la costumbre de Fernández de la Vega de hablarle de Madrid y Valencia.
“En Galicia ha habido democracia, y en Madrid y Valencia hay corrupción”, le respondió para no defraudarle la vicepresidenta.