Entre 20 y 30 plazas. Estas son las que Afanas está soportando actualmente, y gracias a sus recursos propios, en sus centros de día y en estancias de fines de semana en las camas que tienen disponibles.
Unas plazas que están cubriendo respondiendo así a las necesidades urgentes de algunas familias, ya que las plazas concertadas, tanto de los centros de día como de las residencias, están cubiertas y no se ofertan más. “Dentro de la solidaridad que requiere Afanas, la Junta Directiva estudia todos los casos y las urgencias más fuertes intentamos darles la respuesta en la medida de nuestras posibilidades, con lo que disponemos”, ha explicado Modesto Serrano, coordinador del área de discapacidad de Afanas.
Asimismo, otra de las cuestiones que ahora mismo también está desahogando a las familias son los conocidos ‘respiros familiares’, aunque a veces parecen insuficientes. “Estos están subvencionados por la Administración Pública y son un máximo de cuatro días al mes que van rotando, por lo que llega un momento que no tienes tantos. Ahora mismo, disponemos de unos cinco respiros, y lo que vamos intentando, en la medida que podemos, es ir sacando algunos días u horas a la semana para ir cubriendo esas necesidades que reclaman las familias”, ha comentado Serrano.
No obstante, desde que se iniciara la crisis, en Afanas vienen sufriendo una doble situación. “Por una parte, tenemos más familias que demandan poder acceder a los centros de día o estancias de fin de semana; y, por otra, aquellas que una vez que los chavales terminan su formación, se los llevan a casa porque algunos cobran unos 350 o 400 euros de dependencia y renuncian a las actividades del centro de día, en detrimento de este dinero, que se convierte en fundamental para las familias”, han puntualizado desde Afanas.
Una organización que actualmente cuenta en sus centros especiales de trabajo con alrededor de 80 trabajadores, así como 170 usuarios en centros ocupacionales. Hoy día, reclaman que se ha producido “un estancamiento, por lo que aunque van dejando su actividad algunos trabajadores, no se pueden incorporar a la actividad otros nuevos”. Asimismo, afirman que no se están produciendo contrataciones externas en otras empresas y, cuando se producen, son por periodos muy cortos (unos tres meses). Así, la mayoría se dedica a labores dentro de la entidad como las granjas avícolas, la elaboración de lejía, bayetas, jabones, detergentes, así como en imprenta, cocina o lavandería.
Como cualquiera...
Afanas trabaja con sus asociados desde que son apenas unos niños, lo que permite que se marquen una serie de pautas a la hora de organizar el trabajo y, por ende, la vida. Por ello, cuando se alcanza la madurez para afrontar una actividad laboral, estas personas están preparadas, más si cabe, para afrontar estos retos. Y es que, desde el inicio de su etapa en Afanas, se siguen unas rutinas que permiten que todo se desarrolle con normalidad y acorde a unas exigencias mínimas que, en el futuro, se les impondrá en un empleo, aprendiendo así a solventar las dificultades.
