Las trabajadoras de Acasa, la concesionaria del servicio de Ayuda a Domicilio, esperan que la nueva empresa asuma la deuda que la actual ha contraído con la plantilla, para de este modo evitar que esos impagos deban ser reclamados por la vía judicial.
La portavoz del comité, Encarnación Barrios, recuerda que cuando se produjo el traspaso entre Sergesa y Acasa también quedaron pendientes de abono varios pagos, no alcanzándose un acuerdo para la cesión de esa deuda entre ambas. Esta circunstancia obligó a muchas trabajadoras a acudir a la vía judicial y, de hecho, las cantidades reclamadas no llegaron a cobrarse hasta el año pasado.
La delegada municipal de Bienestar Social, Igualdad y Salud, Isabel Paredes, se mostró ayer “cautelosa” a este respecto, aunque apuntó precisamente hacia esa cesión de deuda a la que se referían las trabajadoras como uno de los escollos pendientes todavía en el traspaso de la concesión.
Esta fórmula ya fue empleada meses atrás cuando se resolvió el contrato de limpieza de los colegios públicos de Infantil y Primaria con Respuestas Auxiliares, encargándose la nueva concesionaria de hacer frente a los pagos pendientes.
Con independencia de este asunto, Barrios confía en que la nueva empresa sea “solvente” y “responda” en sus obligaciones de pago a la plantilla. “Llevamos cuatro años sufriendo y padeciendo y lo que queremos es que salga todo bien, sentarnos, trabajar y cobrar”, zanjó.
La presidenta del comité admitió en cualquier caso no tener referencias directas de la empresa que en breve va a hacerse cargo de la explotación del servicio. “Sabemos que tienen residencias, pero no conocemos cómo funcionan realmente”, apostilló.