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Sevilla

Archivan la causa contra un indigente que hurtó 9.000 euros que luego devolvió

Un juzgado de Sevilla ha archivado la causa contra un indigente que hurtó 9.000 euros de una saca que su dueño dejó olvidada en un cajero automático, dinero que devolvió cuando su propietario se lo cruzó por la calle unos días después y le reprochó su acto

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Un juzgado de Sevilla ha archivado la causa contra un indigente que hurtó 9.000 euros de una saca que su dueño dejó olvidada en un cajero automático, dinero que devolvió cuando su propietario se lo cruzó por la calle unos días después y le reprochó su acto.

Fuentes judiciales han explicado hoy a Efe que los hechos ocurrieron en la noche del pasado 22 de abril, cuando el empleado de un estanco entró en un cajero automático de la calle Pagés del Corro de Sevilla para depositar la recaudación del día, que ascendía a más de 21.000 euros y que llevaba en una saca.

En ese momento, el indigente P.M.B., de 37 años, empezó a llamar a la puerta para que le abriesen y poder colocar los cartones en los que solía dormir, pero el empleado del estanco creyó que pretendían atracarle, se asustó, salió huyendo y olvidó la saca dentro del cajero.

El indigente, según se aprecia en las grabaciones de seguridad, abrió entonces la saca y tomó un fajo de billetes que posteriormente fueron cuantificados en 9.000 euros.

Sin embargo, el día 30 de abril el empleado del estanco se cruzó por la calle con el indigente, le preguntó "¿No tendrás tú algo que me pertenece?", y en ese momento el mendigo sacó un fajo de billetes que llevaba metidos en una bolsa de basura y se los devolvió.

También le pidió disculpas porque en los días transcurridos "no había tenido más remedio que gastarse 260 euros".

Las citadas fuentes han precisado a Efe que el juzgado de instrucción 3 de Sevilla abrió diligencias a P.M.P. por un presunto delito de hurto pero ahora ha archivado la causa, con apoyo de la Fiscalía, por entender que el hecho de conservar el dinero "hace dudar de su intención de apropiarse de él".

Además, el empleado del estanco, J.G.L., no solo le perdonó los 260 euros que se había gastado sino que le dio otros 90 euros como gratificación y dijo a la Policía que no deseaba emprender acciones legales.

El indigente tiene 37 años, es natural de Valencia y es conocido en la zona por dormir siempre en el mismo cajero automático donde ocurrieron los hechos, han afirmado las citadas fuentes.

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