Las dificultades de Aso para agotar su mandato hasta septiembre se han agrandado con el escándalo del ministro Nakagawa, uno de sus más cercanos aliados y que ayer decidió renunciar, aconsejado por sus compañeros, para no ahondar la crisis de gobernabilidad.
Con unos índices de popularidad menores al 10% y el país sumido en la mayor recesión de los últimos 35 años, la torpe aparición de Nakagawa el pasado sábado en Roma para hablar de las medidas de estímulo, medio dormido, con dificultades para articular palabra y el pelo revuelto, no llegan en un buen momento.
Nakagawa dio muestra ayer de su errático comportamiento: a primera hora se negó a dimitir, después anunció su renuncia para después de la aprobación del presupuesto para el año fiscal 2009 y finalmente presentó su dimisión a última hora de la tarde a Aso, que la aceptó.
Taro Aso, que vinculó su persistencia en el cargo a unos proyectos presupuestarios para acabar con la desaceleración económica, se enfrenta a nuevas críticas internas de su grupo parlamentario, el Partido Liberal Demócrata(PLD), tras cinco meses como jefe del Ejecutivo.
Su correligionario y ex primer ministro Jonichiru Koizumi levantó su voz contra el Gabinete de Aso, preparando el camino para la lucha interna en el PLD, un procedimiento usual para forzar la sucesión en un partido que lleva más de medio siglo en el poder.
La cartera de Nakagawa, quien vinculó su estado en la rueda de prensa del sábado a los medicamentos y al cambio horario, fue ocupada por el actual titular de Economía, Kaoru Yosano.
Yosano doblará sus funciones frente a una crisis que cree es la peor desde el final de la Segunda Guerra Mundial, debido a la caída de las exportaciones a un ritmo desconocido desde que la segunda economía mundial comenzó a orientarse como gigante exportador.
Los cabezazos somnolientos de Nakagawa podrían haber pasado tan desapercibidos como cuando se equivocó 26 veces en un discurso o fue fotografiado en la Dieta viendo la televisión en su teléfono, pero esta vez hasta sus compañeros, como el ex primer ministro Yoshiro Mori, han recordado su afición a la bebida y ven acertada su dimisión.
La oposición se unieron en la Dieta para reprobar el comportamiento “vergonzoso” de Nakagawa.